Ni temperaturas mínimas de 2 grados en la zona evitan que el fuego reaparezca en el monte ourensano. Al menos la lluvia de ayer por la tarde ayudó a aplacar un frente declarado el domingo y que fue extinguido ayer por la tarde. A dos semanas del invierno, el Macizo Central sufrió un nuevo castigo. Francisco Rodríguez (PP), el alcalde de Chandrexa de Queixa, el municipio afectado, asocia un incendio a estas alturas del año con intereses ganaderos para "generar pastos". Hace unos días se registró otro fuego en el concello de Vilariño de Conso.

La consellería de Medio Rural cifró la superficie afectada en 50 hectáreas de monte raso, según las estimaciones provisionales, mientras que fuentes del operativo de extinción la elevaban a "70 u 80". El daño se concentra en zonas protegidas de Red Natura. El frente comenzó a las 19,08 horas del domingo, una vez ya había anochecido. Hubo un único foco, según el regidor de Chandrexa. Durante la noche y la madrugada del domingo al lunes, soplaba un fuerte viento que empujó la línea de fuego. Ardieron montes comunales en el entorno de las localidades de A Senra, A Espasa y Vilar. Ninguna población corrió peligro, aunque efectivos del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Castro Caldelas se desplegaron en la zona para proteger la localidad.

La lluvia de ayer, un bálsamo

Las rachas aún soplaban ayer por la mañana, demorando la extinción del incendio. La Xunta lo daba por estabilizado a las 10 de la mañana y comunicó su control una hora más tarde. Indicaba el alcalde que la lluvia que comenzó en torno a las 13 horas sirvió para poner fin a los últimos rescoldos. El fuego quedó sofocado a las 17,05 horas.

Según los datos de la consellería, participaron durante el transcurso del operativo un total de cinco agentes forestales, trece brigadas del distrito y una motobomba. Como no hay tregua con independencia de lo que diga el calendario, Medio Rural recuerda que está a disposición de los ciudadanos el número de teléfono gratuito 085, para dar avisos de incendios en el monte.