Una primera presentación privada para FARO ha puesto en marcha el proceso para la inminente primera exposición pública y mundial del cuadro La Misa, un inédito de Pablo Picasso custodiado desde hace cinco años en cámaras de seguridad y que ya forma parte del patrimonio ourensano en las manos del economista Luis Vilallonga, propietario de la pintura adquirida por su familia en 1964.

En una fecha aun sin concretar en las primeras semanas de 2016, la ciudad tendrá la oportunidad única de contemplar de cerca una de las primeras obras del pintor malagueño y asistir a la original puesta en escena de un cuadro de altísimo valor artístico y económico (la empresa de seguridad fijó el precio de vigilancia a partir de una tasación básica de 4 millones de euros), pero en una hipotética subasta podría multiplicarse. No es intención del propietario ponerla en el mercado del arte, sino que su prioridad ahora es darla a conocer, que vea la luz ante la sociedad 120 años después de ser pintada por el prolífico y genial Pablo Ruiz Picasso.

La presentación se realzará por el acompañamiento musical de la guitarra vanguardista de fibra de carbono. El musicólogo Martín Blanes ha compuesto para la ocasión ocho temas inspirados en La Misa y en las diferentes etapas artísticas de Picasso que se interpretarán en la presentación pública de la obra.

Este cuadro no pertenece en realidad a ninguna de las corrientes que consagraron al pintor pero ya avanza "lo que vino después", explica Miguel Ángel Martínez Coello, articulista de FARO y autor del libro que recoge la historia de esta obra y 70 láminas basadas en un retrato de Picasso, también de su autoría. La publicación incluye el CD con la música del guitarrista Martín Blanes y se presentará en dos formatos, uno para coleccionistas, y otro de menor tamaño. Este libro ofrece una descripción completa de La Misa y realiza un recorrido por el Picasso interior. En una tercera parte detalla los seis estudios de expertización realizados por expertos que avalan la autenticidad de la obra.

Su propietario Luis Vilallonga explica que esta obra procede de las primeras pinturas de un Picasso adolescente "que él mismo iba regalando de joven a sus mecenas, familias amigas que le ayudaban en sus comienzos facilitándole lienzos, cartones y pinturas para ir desarrollando su creatividad". En la España de finales del siglo XIX, añade, la renta de un profesor de Bellas Artes como fue su padre "era muy escasa".

El futuro de La Misa es todavía incierto. En el corto plazo viajará a la Universidad Politécnica de Barcelona para una limpieza que elimine un barnizado realizado en la década de los 60 que oscureció la escena. Es el único defecto que le ve Vilallonga, maravillado por lo "bien conservado que está". Esta limpieza realzará "detalles asombrosos" que ahora pasan desapercibidos, e incluso la propia firma del autor. Un P.R. que llamó la atención de los expertos por la utilización de las siglas. Estudios químicos, radiológicos, artísticos, históricos y caligráficos han declarado la autenticidad del cuadro y la incógnita ahora es determinar en qué capilla se celebra esa misa. Vilallonga señala el hecho de que se trate de un oficio de espaldas por lo que podría ser una misa por el rito anterior al Concilio Vaticano II. Lo magnífico, admira, "es como Picasso con una pincelada libre, consigue colocar en un espacio tan pequeño a siete figuras perfectamente acomodadas".