La iniciativa que presentó el grupo de Democracia Ourensana para la retirada definitiva del sistema de control de acceso al casco histórico, a través de bolardos, fue aprobada en el pleno de ayer al contar con el apoyo de los socialistas, que sumaron 14 votos, la abstención de los tres ediles de Ourense en Común, y los 10 votos en contra del grupo de gobierno popular. Lo que no se fijó es la alternativa que finalmente se implantará, ni los plazos que se establecerán.

La edil de DO, María Teresa Rodríguez, después de señalar que el actual sistema es "obsoleto, poco práctico e ineficiente", además de "agresivo" para las personas y vehículos, plantea que el control de tráfico se realice a través de videovigilancia -con videograbación automatizada de matrículas-, o bien por la supervisión de agentes de la Policía Local, con la correspondiente aplicación de sanciones a vehículos no autorizados.

Además, por parte de DO se argumenta que la "supresión de barreras físicas", en este caso los bolardos existentes en varias zonas de entrada y salida del casco histórico, "supondrá objetivamente una mejora agilidad, fluidez y gestión del tráfico", así como un "menor riesgo" para los viandantes que utilizan habitualmente las calles de esa zona de la ciudad.

La edil socialista, Carmen Rodríguez, proclamó, como referencia de apoyo, el "gobernar para el peatón", defendiendo la peatonalización de las calles y, al igual que había indicado anteriormente la concejal de DO, la "protección del casco histórico", y señaló como modelo a seguir el caso de Pontevedra.

El portavoz de Ourense en Común, Martiño Vázquez, aunque dijo estar en concordancia con la iniciativa de DO, después de que se presentase otra con anterioridad, planteó que se retirase y se le diese traslado a la Mesa de Movilidad, para abordarlo en profundidad, y posteriormente volver llevarlo a pleno para su aprobación.

Al no prosperar su retirada, por no ser aceptada por DO, su grupo optó por la abstención, advirtiendo de que una de las alternativas, como el de que pase a ser supervisada por los agentes de la Policía Local, no están claras, debido a que las carencias en la plantilla impediría que puedan asumir ese cometido.

Por su parte, el grupo popular dejaba clara su postura contraria a la propuesta, y la concejal de Seguridad, Tráfico y Policía Local, Flora Moure, después de señalar que "todos estamos de acuerdo en restringir los vehículos en el casco histórico, defendía la enmienda presentada, en la que se proponía analizarla y realizar un estudio sobre cual sería el sistema alternativo a los bolardos. En la votación, DO y PSOE rechazaron la enmienda de los populares.

En este sentido, Moure alerta sobre los riegos relacionados con la pretensión de controlar en esas zonas el tráfico a través de videovigilancia, la grabación de matriculas que entren sin el correspondiente permiso, para con posterioridad aplicar las correspondientes sanciones. Asegura que "en la vía judicial serían recurridas, y los juzgados de lo Contencioso-Administrartivo las dejarían sin efectos", y aludía a lo que está aconteciendo en otros concellos.

Lo que no dijo entender Flora Moure es la postura de los socialistas, debido a que apoyan la retirada inmediata de los bolardos, pero luego señalan la necesidad de estudiar cual será la alternativa, con lo que eso supone, ya que se quedaría esa zona sin ningún tipo de control alternativo, debido a que la opción de la Policía Local en estos momentos no se puede llevar a cabo hasta contar con más efectivos.

La edil de DO discrepó sobre lo que explicó la responsable de Seguridad en relación a la efectividad de las cámaras en materia de sanción por quedar sin efecto en el ámbito judicial. María Teresa Rodríguez aludió a las cámaras que existen en las autovías y en los aeropuertos. Aunque dijo que lo importante en estos momentos es la retirada del actual sistema que existe de acceso al casco histórico, para lo que es necesario contar con una tarjeta magnética, cuando están se suben.