El albergue de peregrinos de San Cristovo de Cea cierra un año más con un recuento importante de usuarios, de todas partes de España y del extranjero, y prevé empezar 2016 con un servicio a mayores muy demandado por los peregrinos, como es el de internet, ya que hasta ahora tenían que ir a la biblioteca para conectarse. El albergue no solo da un servicio a los miles de peregrinos que pasan por este tramo de la Ruta da Prata sino que ha contribuido a dinamizar económicamente al pueblo, cuyos negocios han aumentado sus ventas, especialmente en verano. De hecho, en ocasiones se han encargado varias decenas de piezas de pan en un solo día.

La capacidad de alojamiento del albergue edificado por la Xunta en el centro de la localidad de San Cristovo de Cea, en la Ruta da Prata, es reducida en verano, teniéndose que apoyarse con el pabellón de deportes, y se ve saturada los años del Xacobeo. Por aquí pasa una media anual de 7.000 peregrinos que cuando coincide el Año Santo esta cifra se eleva mucho más. Solo este año, sin contar los grupos de escolares y jubilados que llegan en excursiones, ya han pasado cerca de 8.000 peregrinos.

Todas estas personas han motivado la creación de muchos negocios en el pueblo, farmacias, tiendas de alimentos, bares, dos casas de turismo rural, restaurantes. Y es que los peregrinos muchos comen fuera y otros compran alimentos para cocinar en el albergue. Pero también las panaderías se han visto muy favorecidas, y como el pan de Cea tiene su fama, según el responsable del albergue, Orlando Torres, algunos grupos de excursiones ya le llaman el día anterior para que les encargue 20 o 30 piezas de pan que se venden en un solo día. Y es que sin contar con los miles de peregrinos, Cea recibe la visita de más de 15 grupos de escolares, y de muchos grupos de la tercera edad, que terminan ocupando el pabellón.

Llegó el invierno, y después de un lleno total en los meses de verano, donde faltaban camas, ahora sobran ya que hay días en que solo pasa un peregrino. Según Torres, la gente del pueblo está muy contenta con los beneficios que le reporta el albergue a la economía local, pero señala que también los caminates se muestran contentos con el trato que reciben de los moradores del lugar, lo cual dejan plasmado en los comentarios que hacen en el libro de registro y opiniones del albergue. Y de quejas, algunos dejan pequeñas observaciones, como que el agua del baño estaba muy caliente o muy fría.