El Equipo Técnico de Ourense está formado por un trabajador social, un educador y un psicólogo forense, un puesto que ejerce el doctor Juan Luis Basanta. La unidad sirve al Juzgado y la Fiscalía Provincial de Menores y destaca sobre las demás en España porque se dedica además a la investigación y la docencia, en colaboración con las universidades de Vigo y Santiago.

- ¿Qué factores explican que un menor agreda a sus padres hasta el punto de que lo denuncien?

- En las conductas humanas nunca hay una relación lineal de causa-efecto como sucede en la física, es más parecido al mundo de la medicina, con diversos elementos que se relacionan. Podríamos hablar de factores muy comunes a los de la conducta delictiva en general, con variables específicas de cada personalidad que tienen más relevancia. Estas serían la insensibilidad o no saber ponerse en el lugar del otro; el narcisismo o un gran egoísmo; y, en bastantes ocasiones, un carácter impulsivo, no saber esperar. Yo también uniría, en un orden más secundario, elementos relacionados con el proceso de crianza, como desatención, negligencia o que el joven no se hubiera sentido querido.

- ¿Un exceso de tolerancia en la educación puede ser causa?

- Esa es una leyenda popular para la que yo no encuentro estudios científicos. Es un discurso ideológico que tiende a ocultar la realidad del problema. No digo que algunos padres no hayan sido tolerantes en exceso, pero esa cuestión no es el elemento diferencial para explicar el problema. Es más un elemento de debate televisivo y sociopolítico.

- ¿Hay riesgo de que menores que delinquen de este modo sean agresores al llegar a adultos?

- Lo que sabemos es que de los jóvenes denunciados y condenados por este tipo de conductas, solo un tanto por ciento muy escaso reincide en el periodo de 14 a 18 años, por lo que el éxito de la intervención judicial es alto. El fenómeno de violencia filo-parental ascendente es nuevo; no existe un seguimiento de la población para determinar qué porcentaje de menores acaba teniendo problemas de adultos. Por analogía sí se sabe que una tercera parte de los padres que maltratan a sus hijos, a su vez han sido padres que en su infancia han sido maltratados. Es la denominada transmisión intergeneracional de los malos tratos. Cabría pensar que un porcentaje bastante significativo de hijos que agreden a sus padres podrían manifestarse en la edad adulta si no son atendidos en la adolescencia.

- ¿Cuando se ven ante la justicia, denunciados por sus padres, asumen que han delinquido?

- Eso no importa tanto como que asuman que su conducta tiene un coste tan alto que no vale la pena volver a pegar a los padres. En mi opinión, importa más la conducta que la conciencia.

- ¿Está bien dotado el sistema para atender estas conductas?

-En relación a este tipo de delitos, Galicia necesita sin ninguna duda un centro de referencia especializado en el ámbito de la reforma de menores y la intervención en este tipo de casos. Actualmente, se desarrollan programas en los centros existentes, pero haría falta un dispositivo con lugares específicos para dar a los jóvenes un adiestramiento especial, y que todos los internos sean menores que hayan cometido ese tipo de delitos. Así se reduciría su permanencia, cuya duración mínima debería ser de un año. A día de hoy el periodo es aproximado pero la intensidad no puede ser excelente porque los centros no son específicos y el personal de intervención tiene que atender más demandas.

- ¿Da alguna asistencia el sistema a los padres, las víctimas?

- Dentro no tienen nada, en términos prácticos están desamparados. La ley establece que el objeto de intervención ha de ser el menor, pero esta es otra causa para demandar un centro de reforma específico, porque también hay que intervenir con los padres y en instalaciones especializadas se podría trabajar con ellos, con personal disponible.