El grupo de Democracia Ourensana no quiere los bolardos en las calles peatonales de la ciudad, como las del casco antiguo de la ciudad, por considerar que se trata de un "mecanismo engorroso además de nocivo para los automóviles y, por consiguiente, para los dueños y conductores de los turismos atrapados por el izado del bolardo". Es por lo que proponen volver a las sanciones a los conductores que transiten con sus vehículos "por donde no deben".

Y la opción que exponen en su iniciativa, que presentan al pleno de diciembre, es que a través de cámaras se registren las matrículas de los vehículos que lo hayan hecho, bien por el sistema convencional del policía local a pie de calle. Dicen estar convencidos de que "en el momento en que la posibilidad de ser multado es segura, la restricción de vehículos será igual de efectiva".

Sostienen que el actual sistema genera hasta colas a la espera de que la operadora de la Policía Local autorice su bajada a solicitud del conductor, además de obstaculizar y ralentizar la circulación por estos puntos. Aunque el mayor inconveniente "son los percances tanto a vehículos -que cifran en 1.300 en 11 años-, como a peatones, con lesionados y vehículos dañados".