El abogado de la defensa pidió la libre absolución del acusado, pues la declaración de la víctima "no ha sido corroborada por elementos periféricos objetivos" señaló, dado que las grabaciones de las cámaras de la estación del tren aportadas por Adif, tuvieron que ser descartadas al romperse la cadena de custodia.

El letrado de la defensa alegó que el informe pericial de la médico forense "no se hace con conclusiones propias", pues no trató al acusado hasta 2013, y se elaboró con información de otros facultativos.

Mantuvo que entre los efectos que se le encontraron en el cacheo tras su detención "no había arma blanca", y que en todo caso lo que se debería juzgar no es la presencia de un arma "sino el uso que se hizo de la misma", pues según declaró la víctima el agresor no llegó a colocarle cerca la navaja y la guardó antes de la agresión.

Hizo hincapié también en que el menor no pidió auxilio porque quedó "paralizado por el miedo", y sin embargo "si pudo advertir al agresor de que se iba a meter en un problema" y en el hecho de que en lugar de irse con rapidez de los lavabos, quedara en el aseo para lavarse las manos.