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El fiscal pide 6 años de cárcel por la agresión sexual a un menor en los aseos de la estación

Aprecia como "eximente incompleta" el retraso mental leve del acusado alegado por los peritos de la defensa pues "pese a todo tiene la capacidad intelectiva intacta"

El acusado, durante la vista oral celebrada ayer en la Audiencia de Ourense // Iñaki Osorio

La Audiencia Provincial de Ourense dejó ayer visto para sentencia el juicio contra el vecino de Ribadavia, David G.D. como supuesto autor de un delito de agresión sexual en grado de tentativa a un menor, al que abordó y encerró en una cabina de los aseos de la estación de trenes de A Ponte, y tras intimidarlo con una navaja le pidió que le realizara una felación.

El acusado se ratificó en su inocencia, mientras que la víctima quien, quien pese a ser en la actualidad mayor de edad, arrastra desde entonces cuadros de ansiedad y fobias, producto según los peritos forenses de aquella agresión, prestó declaración protegido tras una mampara y mantuvo "sin ninguna duda" tras mirar al acusado, que el hombre que se sentaba ayer a sus espaldas era el autor de la agresión.

La fiscal pidió ayer en sus conclusiones definitivas 6 años y 6 meses de cárcel para el supuesto autor de esta agresión, que se remonta a marzo de 2013 y una indemnización de 12.000 euros a la víctima por los "daños morales" ocasionados. Un fino hilo, el hecho de que el joven solo llegar a "lamer la base del pene" y no llegara a producirse una felación explícita, hace que el hecho delictivo se quedara en una agresión sexual en grado de tentativa explicó la fiscal.

Además la representante del Ministerio Público otorga solo una "eximente incompleta", en el hecho de que el acusado tenga, según los testimonios médicos aportados por la defensa, "un retraso mental leve" y presente "problemas de conducta" de los que recibe atención psiquiátrica desde los 3 años de edad, pues según los mismos informes aportados en la vista oral, "tienen su capacidad intelectiva intacta", concluyó.

Un acto "planificado"

Por su parte la acusación particular solicitó ayer 9 años de cárcel para el acusado, pues defiende que "no fue un acto impulsivo", sino que la agresión que se le imputa, "fue planificada" y engañó al menor diciéndole que le habían caído unos papelitos en el suelo de la cabina del aseo, aprovechando ese momento para empujarlo e introducirlo en el interior de la misma.

Los hechos que se juzgan se remontan a las 8.50 horas del 20 de marzo de 2013, cuando el acusado, David G.D. de 26 años de edad en aquel momento, se encontraba en la estación de trenes de Ourense donde se desplazaba cada día desde Ribadavia para asistir a clases de peluquería. Según testimonio ese día fue al lavabo "lo hacía cada día al llegar a Ourense para arreglarme y asearme antes de ir a clase" declaró.

La víctima sin embargo quien ese día había ido a la estación para participar en un viaje de la Xunta relató que se separó de su abuelo, que lo acompañaba para ir al lavabo. No desconfió del acusado cuando lo vio en el aseo, porque "tenía un aspecto normal" , hasta que este le empujó al interior de una cabina y lo amenazó con una navaja "con la que no llegó a tocarme", dijo . Lo intimidó para que se arrodillara, se bajó el pantalón y le pidió que le hiciera la felación.

La víctima, que sollozó y tuvo que parar unos segundos su intervención al recordar lo sucedido, reconoció que dijo a su agresor que desistiera de su actitud, pues era menor e iba tener problemas. No hubo felación completa pues el agresor leyó la tarjeta de la excursión que portaba el menor "y me dijo "lárgate".

La víctima reconoció que no gritó para pedir auxilio porque "tenía miedo", pese a que el joven ya había guardado la navaja, y ya en la estación, donde se encontraba su abuelo, el agresor "se cruzó con nosotros, pero no dije nada porque tuve miedo a que hiciera algo a mi abuelo".

La madre de la víctima que se personó en su momento como acusación al ser su hijo menor en aquel momento, relató que el joven regresó de su viaje "pálido y sin explicarme nada de la excursión" pensó que era cansancio. No fue hasta un día después que le relató los hechos y decidieron presentar la denuncia en compañía de su marido.

Los distintos testimonios de médicos psiquiatras que trataron al acusado, coincidieron en la personalidad "impulsiva" y con trastornos de conducta del David G.D. El médico que lo trató en la infancia reconoció que "tiene problemas para planificar sus acciones y lo veía influenciable y capaz de "estar inmerso en cualquier tipo de delito".

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