En cuanto a las obras de la nueva EDAR, por parte de la Xunta se señala que van a "buen ritmo", por lo que de cumplirse los plazos, entrará en servicio en "el primer semestre de 2016", según la previsiones que se maneja, lo que permitirá triplicar la actual capacidad de tratamiento, puesto que atenderá a unos 350.000 habitantes.

Lo que se destaca es que se trata de una infraestructura estratégica para la ciudad, además de necesaria después de que la actual instalación se encuentra abocada a la demolición por sentencia judicial. Además, se trata de una estación depuradora que cuenta con una inversión que supera los 59,3 millones de euros, de los cuales la Xunta aporta más de 10 millones.

La nueva infraestructura permite corregir los problemas estructurales y operativos que presenta la depuradora actual, en concreto, el elevado riesgo de sufrir inundaciones así como su falta de capacidad. Unas cuestiones que junto con la sentencia judicial, provocaron la necesidad de construir una nueva EDAR que diese respuesta a las necesidades actuales y de futuro.

Se trata de una actuación, impulsada a través del Plan Crece, y que está financiada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de Acuaes, con ayudas de fondos europeos Feder, la Xunta y el propio Concello de Ourense.

El plazo para la conclusión de las obras es el de finales de año, y luego se iniciará un periodo de pruebas de tres meses.