Decenas de alumnos y padres del IES Ferro Couselo de Ourense se concentraron ayer frente a las puertas del centro educativo ubicado en Finca Sevilla para reclamar a la Xunta de Galicia mejoras en la línea de transporte escolar asignada a los alumnos del municipio vecino de Barbadás, en el que no hay instituto de Secundaria. Se trata de un grupo de 63 alumnos que comparten un único autocar que se ve obligado a realizar dos viajes, uno para los que estudiantes que viven en las parroquias y otro para los que tienen su domicilio en A Valenzá, en el límite mismo con el Concello de Ourense.
Pese a la proximidad entre el centro educativo y la vivienda de los alumnos, este sistema de transporte coordinado por la Consellería de Educación, llega demasiado temprano para unos, y tarde para otros, lo que ha provocado quejas de la dirección del IES. Según explicó ayer la presidenta de la asociación de padres de alumnos, Pura Montes Cougil, esta situación causa graves perjuicios a los niños que, en algunos casos tienen que levantarse a las 6.30 horas de la madrugada y no llegan a casa para comer hasta pasadas las tres de la tarde, ya que la ruta de vuelta es igual.
Con pancartas reivindicativas en las que reclaman horarios "dignos" y el apoyo del gobierno bipartito de Barbadás, los alumnos hicieron pública ayer su protesta, apoyada con más de 200 firmas que la Anpa hará llegar a la jefatura territorial de Educación el próximo jueves con motivo de la reunión que los padres y madres de alumnos mantendrán por esta causa con la autoridad educativa. Hasta ahora, todos los intentos de ampliar esta línea de transporte han sido infructuosos pero no cejan en su empeño de conseguir un segundo autocar.
Pura Montes explica que la doble ruta del mismo autobús se implantó este curso escolar coincidiendo con un incremento de la matrícula de alumnos de Barbadás, que aportó 22 estudiantes más al centro. Un único vehículo no puede trasladar a todos, así que la consellería adaptó los horarios de forma que los alumnos de las parroquias (20 en total) acuden al centro en un primer viaje, y los de A Valenzá en el segundo. La primera parada está en Loiro, a las 7.30 horas, desde donde continúa por Bentraces, Sobrado do Vispo, Barbadás y As Lamas, atravesando el núcleo urbano de A Valenzá, donde a esas horas "suele haber problemas de tráfico y atascos", explica Pura Montes. Cuando los chavales llegan al instituto son las 8 o las 8.10 horas, por lo que tendrán que todavía esperar entre 20 y 30 minutos al inicio de la jornada lectiva. Algunos han tenido que levantarse a las 6.30 horas por lo que están somnolientos y otros no han tenido tiempo de ducharse o desayunar.
Mientras ellos esperan, el autocar vuelve de regreso a A Valenzá, donde recoge a otros 43 alumnos, soporta la congestión de tráfico que la avenida de Celanova registra a primera hora de la mañana y regresa al centro educativo. La mayor parte de las veces ya ha tocado el timbre y las clases han comenzado. Esta impuntualidad, afirma Pura Montes, es ajena a los escolares que, además, "se ven apurados porque el autobús los deja en la parte de abajo y todavía tardan entre cinco y seis minutos en subir".
El Concello de Barbadás, que cofinancia con los padres el transporte de los alumnos de Bachillerato, ha ofrecido a la Xunta compartir este autobús, al que le sobran plazas, con los niños del rural que van a Secundaria pero, según explica el edil de Mobilidade, Xosé Manoel Fírvida, "dijeron que no porque ya tienen el contrato cerrado con la concesionaria".
