Un vecino de Ribadavia de 23 años de edad terminó la madrugada del viernes al sábado en el calabozo, tras ser detenido por la Policía Local de Ourense. Según la versión del cuerpo municipal, el conductor había intentado evitar que un agente lo viera recorriendo 40 metros marcha atrás. Después estuvo a punto de arrollar a un agente y dio positivo en la prueba de alcoholemia.

Ocurrió a las 6,40 horas de la madrugada en la Avenida de Buenos Aires, a la altura del número 27. Según la Policía Local, una patrulla de servicio, a pie, observó la maniobra marcha atrás del individuo, en un BMW 320, hasta el cruce con Valle Inclán. Cuando uno de los agentes se dirigió hacia el vehículo para darle el alto, el joven reinició la marcha e hizo caso omiso al agente, que tuvo que apartarse para no ser arrollado. Otros conductores tuvieron que esquivarlo para evitar un accidente. Al realizar un frenazo, el policía logró acceder al coche y quitar las llaves del contacto.

En la prueba de alcoholemia casi duplica el máximo permitido. Cuando la grúa llegó al lugar de los hechos, presuntamente se abalanzó sobre los municipales para intentar impedir que le retiraran el vehículo. Fue detenido.