Dos agentes de la Guardia Civil y el hombre al que pararon en un control de alcoholemia en Viana cruzaron ayer acusaciones en el Juzgado de lo Penal 1 de Ourense. La Fiscalía imputa al conductor los delitos de atentado y lesiones y una falta de lesiones cometidos contra los agentes, y el arrestado por estos formuló también acusación contra ellos por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral afirmando que sufrió "trato degradante" y que su detención fue "abusiva, humillante y excesiva", en palabras de su letrado, además de causarle lesiones. A.G.G. se enfrenta a una condena de 4 años de prisión, y ambos agentes a dos años y medio de cárcel y 3 de inhabilitación.

Los hechos que ayer les llevaron a compartir el banquillo de los acusados, pero también el papel de perjudicados, sucedieron el 9 de octubre de 2011, a las 3,40 horas. Según el relato de la Fiscalía, que solo dirige la acusación contra A.G.G. y señala que los agentes obraron "en el cumplimiento del cargo", el imputado obvió las señales de alto de los agentes en el control y "tras acelerar repentinamente aparcó unos metros más adelante". A petición de los agentes, se negó a identificarse y a someterse al etilómetro. Echó a correr y uno de los agentes le siguió. Forcejearon y cayeron al suelo. La pistola del guardia se desprendió de la funda y sufrió daños en la culata y el mecanismo de disparo, de ahí que también se haya personado el Abogado del Estado, en reclamación de los daños, que ascienden a 195 euros.

Los tres heridos

Siempre según el escrito de Fiscalía, el acusado volvió a correr en dirección contraria enfrentándose al otro agente que se interpuso en su camino y con el que también forcejeó hasta caer al suelo. Finalmente entre los dos lo redujeron contra un muro y lo engrilletaron "porque estaba agresivo, lanzando patadas". Los tres resultaron lesionados, si bien la Fiscalía precisa que las sufridas por A.G. "son consecuencia del uso de la fuerza mínima necesaria e imprescindible" para reducirle. En el juicio, el imputado negó el intento de huida y dijo que no se percató del alto. No corría, sino que se dirigía a paso rápido hacia su finca, actitud que, según él, fue "malinterpretada" por los agentes.