El banco más bonito del mundo está sobre los acantilados de Loiba, en Ortigueira (A Coruña). La vista que ofrece al que en él se acomoda abarca desde Estaca de Bares a Cabo Ortegal y se ha convertido en lugar de culto. Lucenza, la zona cero del macroincendio de Cualedro también tiene un banco con vistas. Es de piedra y desde él se puede contemplar toda la Serra do Larouco, el río Faramontaos y el embalse de Gudín. Ayer setenta personas se fueron sentando una a una en él para contemplar las 3.200 hectáreas arrasadas por el mayor fuego forestal del año en Galicia el pasado 30 de agosto. Allí donde se rindió culto al dios prerromano Larouco está ahora el banco "más triste del mundo".

Con este paralelismo, el Comité de Defensa do Monte Galego ha querido llamar la atención de los peligros que todavía amenazan a este amplio territorio afectado por el macroincendio. Urgen medidas inmediatas de recuperación medioambiental contra la erosión y el arrastre de cenizas provocado por las lluvias para evitar la contaminación de las aguas.

La llamada a la reivindicación la hizo el Comité y contó con el apoyo de la asociación de vecinos de Lucenza, que ya se está movilizando para constituir una asociación de defensa contra los incendios en esta zona, una de las más castigadas históricamente por los incendios forestales. La respuesta fue mucho mejor de la esperada y a las 10,30 horas había setenta personas en la antigua escuela preparadas para ascender unos dos kilómetros a pie hacia el monte Larouco. Afectados directos e indirectos por el siniestro que se extendió por los concellos de Cualedro, Xinzo, Baltar y Trasmiras, vecinos de Portugal y ecologistas se colocaron tras una pancarta con el lema "non máis incendios no concello de Cualedro" y avanzaron por pistas rodeadas de tierra calcinada. Entre ellos caminó también el Padre Fontes, cura de Portugal muy vinculado a esta sierra e impulsor de la fiesta en honor al deus Larouco hoy desaparecida, así como el atleta Mauro Fernandes que organiza el Ultratrail Running Vilar de Perdizes, una carrera de montaña luso-gallega que recorre la Serra do Larouco y que este año se celebró igualmente a pesar de lo ardido.

El integrante de Amigos da Terra, Xosé Santos, destacó el "impacto" que produjo en los asistentes la vista desde el banco al contemplar "kilómetros y kilómetros calcinados. Ves todo eso y comprendes que con estas lluvias es imprescindible empezar ya con los trabajos de recuperación", explica. El Comité de Defensa do Monte Galego ya criticó que los 500.000 euros comprometidos por el Gobierno son "insuficientes" para atajar el problema de este territorio y ayer Santos recordó que lo que urge es acelerar el proceso de recuperación "a partir de estudios rigurosos y hablando con los afectados". Que les escuchen y no se olviden de ellos, añade, es lo que piden los vecinos que ayer intervinieron también haciendo propuestas en la mesa redonda que se celebró después y en la que participaron David Fernández, técnico agrícola de Lucenza; el cura Antonio Lourenzo Fontes; el atleta Mauro Fernandes, y el edil de Medio Ambiente de Allariz, Bernardo Varela.