Tras un trimestre estival muy seco y sin apenas lluvias desde hace tres semanas, la ciudad de Ourense acumuló ayer casi 30 litros por metro cuadrado por efectos del temporal. En otros puntos de la provincia, como Entrimo, se registraba más del doble. La estación de Meteogalicia situada en Cabeza de Manzaneda midió rachas máximas de viento de casi 119 kilómetros por hora. La borrasca, que concentró su intensidad hasta el mediodía, dejó un reguero de incidencias. Según la Xunta, en la provincia se registró el 14% de todas las atendidas en Galicia por el 112. Un total de 53, en solo 3 horas, entre las 8 y las 11 de la mañana. Los lugares con más problemas fueron la capital, Ramirás, Muiños, Vilar de Barrio y Castro Caldelas.

El Concello de Ourense informaba ayer de numerosas consecuencias del mal tiempo, con cortes de luz e inundaciones de locales. Las incidencias afectaron principalmente a los barrios de San Francisco, A Milagrosa, A Saínza o Barrocás, en la zona este de la ciudad. Técnicos municipales, Bomberos, Policía Local, así como trabajadores de mantenimiento de diversas empresas, trabajaron para minimizar los daños.

La Policía Local empezó a recibir llamadas desde las 0,30 horas del domingo al lunes. Durante la madrugada hubo cortes de luz en viviendas y en la vía pública, lo que afectó al funcionamiento de bolardos y a los semáforos. Los de la Avenida de Zamora, Pena Trevinca, Emilio Parda Bazán y As Lagoas no recuperaron la normalidad hasta avanzada la mañana. La circulación se vio dificultada. Además, alas 5,50 horas los Bomberos tuvieron que retirar un árbol que impedía la circulación en Peliquín. También se anegaron rotondas y alcantarillas y hubo rotura de tuberías. En el local de la Asociación Down Ourense se registraron daños tras la caída del falso techo por las lluvias sobre la cubierta.

En Ribadavia hubo varios desprendimientos de árboles, dos accidentes de circulación -uno de ellos con un herido grave- y el corrimiento de un talud. En Ramirás el acceso al colegio Rogelio García Yáñez, ubicado en A Picouta, estuvo cortado por la caída de un poste que impidió el acceso, incluidos autobuses escolares, durante unos 20 minutos, según el alcalde.