La visita por las instalaciones de Aceites Abril estuvo guiada por José Manuel Pérez Canal, consejero delegado, que también explicó a los empresarios el origen y evolución de la empresa desde su nacimiento en 1962 cuando la fábrica estaba en Mora de Toledo. Allí se obtenía el aceite de oliva virgen extra con dos molinos de prensa y se enviaba a la planta de embotellado en Ourense, entonces en el barrio de A Ponte. El traslado a San Cibrao se produjo en 1994 y uno de los grandes proyectos ha sido la puesta en marcha este mismo año de su propia refinería, con capacidad de producción y almacenamiento diario de 280.000 litros de aceite. De este modo, la empresa controla también los procesos de depuración, decoloración y desolorización del aceite, reduciendo los elevados costes del transporte. Pérez Canal explicó que la planta tiente capacidad para duplicar la actividad en el futuro.

Los empresarios realizaron un recorrido por todas las instalaciones para conocer el proceso, desde la recepción del aceite que se analiza en el laboratorio de control de calidad, hasta su almacenamiento pasando por siete líneas de envasado: seis en formatos de plástico-PET y una en vidrio.

El secreto

El presidente de la AGEF, Emilio Pérez Nieto, explicó al término de la visita que el secreto del éxito de la empresa familiar radica en "la tensión que produce ser una empresa familiar donde el patrimonio y la familia están muy vinculados", además de pertenecer a una generación de "verdaderos empresarios que un día fueron emprendedores".