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Pena de prisión para un paciente que se enfrentaba al personal médico tras simular enfermedades

El hombre, de 49 años, admite un delito de atentado

José Luis N.R. se conformó ayer con una condena rebajada a 6 meses de prisión tras admitir un delito de atentado al personal sanitario. El castigo a las intimidaciones de los pacientes o familiares es un caballo de batalla de los colectivos profesionales, sin necesidad de medie una agresión. Tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, el acusado ve reducida la condena a una tercera parte. Inicialmente, el ministerio público pedía un año y medio.

El hombre, vecino de Chandrexa de Queixa y de 49 años de edad, se presentó en varias ocasiones en el centro de salud simulando enfermedades para pedir un traslado a Ourense. Después solicitaba el alta voluntaria. Cuando los profesionales sanitarios no accedían a sus deseos, el acusado se enfrentaba a ellos.

Se queja y rechaza calmantes

Una noche de abril de 2012, el acusado se presentó en el PAC de Castro Caldelas asegurando que le dolía una rodilla. Cuando un enfermero iba a administrarle dos inyecciones de corticoides y analgésico, el hombre lo despreció diciendo que estaba hablando con el médico. Ante la negativa del paciente, el profesional resuelve que se niega a recibir el tratamiento. El acusado reaccionó de malos modos y profirió varios insultos al enfermero pese a la intervención del médico para que se calmara.

Al centro de salud acudió la Guardia Civil tras la denuncia de amenazas presentada por el doctor. El paciente expresó amenazas contra el facultativo en presencia de los agentes, que no lograron que cesara en su actitud.

José Luis N.R. volvió a protagonizar un hecho similar en junio de 2012, de madrugada. El hombre regresó al centro de salud de Castro Caldelas, minutos después de la 1. Entró y salió varias veces del PAC, hasta encararse con un celador tras pedirle la hoja de reclamaciones.

El profesional se la entregó y le dio instrucciones sobre cómo rellenarla. En ese momento, tal y como ha quedado probado, el hombre arrojó la hoja al suelo y manifestó un tono amenazante contra el trabajador del Sergas.

En una de las visitas de esa noche al centro de salud, el acusado fue atendido por una doctora. La mujer intentó calmarlo tras el incidente con el celador. El paciente reaccionó insultándola a ella. Los profesionales optaron por no formular denuncia.

La Fiscalía calificó los hechos como de un delito de atentado. Con el acuerdo entre la defensa y la acusación, y la anuencia del imputado, no fue necesario celebrar el juicio. El juzgado de lo Penal Número Uno comunicará la sentencia en los próximos días.

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