Los argumentos de la oposición para rechazar el presupuesto fueron coincidentes. Los tres grupos acusaron a Baltar de disfrazar con medidas de transparencia una gestión de cara la galería que "cambia en la forma pero no el fondo", o lo que es lo mismo, la misma política "clientelar" de su padre y antecesor mientras la provincia sigue en los puestos de cola en los parámetros de desarrollo "y el PP reparte los recursos a su antojo", en palabras del portavoz del PSOE, Ignacio Gómez, que propuso sustituir el plan de apoyo a la natalidad dotado con 800.000 euros por un plan para fijar población. Suprimir el Inorde también es una demanda en la que coinciden los tres grupos. El PSOE propone que el personal se centre en captar fondos europeos y el resto del presupuesto se distribuya entre los ayuntamientos.

El portavoz de Democracia Ourensana desgranó algunas de las partidas y arremetió duramente contra el plan termal dotado con 1,25 millones. Gonzalo Pérez Jácome denunció que "la promoción del termalismo, que además es un bluf, cuesta 3.400 euros al día", y criticó la "inutilidad" del Inorde que a pesar de haberse creado para el desarrollo de la provincia, "Ourense pasó de 475.000 a 330.000 habitantes, y bajando después de todas estas trapalladas". Ramiro Rodríguez, del BNG, reprochó el escaso retorno que tienen determinadas partidas mientras el funcionamiento interno de la institución "devora los recursos".