Una comisión por remitir una transferencia de dinero procedente de origen fraudulento; la amenaza de un delito grave. La justicia ourensana vuelve a encausar a un "mulero" que presuntamente sirvió de intermediario para que una cantidad estafada a una víctima llegara a Ucrania al beneficiario del delito. El juicio tiene lugar el jueves en la Audiencia Provincial, que en los últimos años ha encausado varios casos similares.

Esta modalidad de estafa ha sido una figura delictiva al alza durante esta crisis, por la oferta de dinero fácil. La Fiscalía imputado al hombre que será juzgado el jueves una presunta receptación continuada y un delito de blanqueo de capitales. Sostiene el ministerio público que el individuo actuó a sabiendas de que el origen era ilegal, pero envió algo más de 11.000 euros a Ucrania. La acusación pide una condena de 3 años y medio de prisión y una multa de 24.000 euros.

Condena en 2014

La Audiencia Provincial condenó en 2014 a otro acusado por hechos calcados. La sala estimó que el malagueño Carlos H.C. obró con "imprudencia grave" al consentir ser beneficiario de una cuenta para recibir dinero de procedencia "fraudulenta" y transferirlo a Ucrania a través de tarjetas Ukash.

El importe, casi 3.000 euros, fue usurpado en agosto de 2010 a un cliente de Caixa Rural Gallega de O Carballiño que tuvo problemas con la banca electrónica y confió sus claves con la "confianza" de que hacía esa gestión con la entidad. La Fiscalía pedía 2 años por receptación y blanqueo pero la Audiencia rebajó la pena a 9 meses más el pago de una multa por el importe del fraude.