Balú es un superviviente. Estoicamente ha soportado todos los reveses que su vida ha sufrido en los últimos diez días y ahora es un perro feliz.

El pasado día tres de septiembre, la Policía local lo encontraba en un contenedor, encerrado dentro de una bolsa de plástico donde su propio amo lo había introducido tras haberle golpeado repetidamente con un cincel en la cabeza. Creyéndolo muerto ante tal brutal ataque su propietario se deshizo de él en el primer contenedor que encontró. La suerte quiso ponerse de su lado y los agentes alertados por un vecino que habría visto la maniobra lo sacaron de allí.

Estos primeros ángeles de la guarda del pequeño Balú pasaron entonces su custodia a los segundos que todavía velan por el bienestar de este setter inglés. Fue la gente de Progape, la protectora de animales de Ourense que todavía no sale de su asombro al comprobar al evolución del animal que ya come por si mismo, bebe sólo y sale a pasear por su propio pie, es "un verdadero milagro, después de como estaba cuando lo trajimos a la protectora", explicaba María Del Campo, presidenta de Progape. "No le dábamos más que unas horas de vida y ahora le vemos que podrá tener una vida perfectamente normal, aunque es cierto que todavía está un poco aturdido".

Lo peor ya ha pasado para Balú pero antes de alcanzar la estabilidad de la que ahora disfruta el destino todavía de guardaba otro mal trago. Apenas un par de días después de su agresión y traslado a Eiroás, donde Progape tiene sus instalaciones, se declaraba un gran incendio forestal en la parroquia vecina de Cudeiro. "Nos llegaron las llamas a las puerta de los mismos patios", recuerda María, "y el humo y el fuego hicieron que Balú se pusiese muy nervioso". Ante esta nueva contrariedad la directiva de Progape decidió trasladar a Balú a la clínica del veterinario que habitualmente colabora con ellos.

El can se recupera así en su nuevo hogar, donde sigue bajo la vigilancia de la asociación, a la espera de que su salud mejore y se aclare su situación: "Cuando esté bien y recupere peso nos plantearemos buscarle una familia de acogida, pero para la adopción tendremos que esperar a la decisión del juez porque Balú, legalmente todavía tiene dueño", explicaba la presindenta de esta asociación de defensa de los animales. De todas maneras lo más seguro es que Balú no tenga el mínimo problema a la hora de encontrar una familia que lo quiera. "Desde el minuto uno un montón de gente se ha interesado por su estado de salud, hemos recibido un montón de mensajes y peticiones de adopción", aseguraba María del Campo, agradecida por como se han volcado los ourensanos con el caso.

Shin Chan

Hace apenas un año, otro perro diferente copaba titulares por un caso igual de triste que el de Balú. La historia de Shin Chan como la que protagonizó el setter inglés pudo tener un desenlace fatal, pero la providencia, acabó actuando en su favor, además de todo el trabajo de su familia y el veterinario que lo trató. Así, a día de hoy los vecinos de Francelos, en Ribadavia ven con bastante frecuencia al can "corriendo detrás del tractor de Braulio, su dueño"; del que parece no separarse nunca.

El animal consiguió sobrevivir después de que un arrebato de un vecino por intentar montar a su podenca le pusiese al borde de la muerte. El hombre había intentado castrarlo con una navaja.