Algunos estudiosos lo identifican con el mítico Monte Medulio, lugar en el que según las fuentes clásicas transcurrió la batalla de los últimos guerreros galaicos, cántabros y astures en el año 22 a. C. frente a las legiones romanas de Cayo Furnio y Publio Carisio, y donde los últimos guerreros resistentes se suicidaron durante el sitio. Pero por lo que sin duda es conocido el ourensano Monte Medo es por la romería que cada ocho de septiembre, día del cumpleaños de la Virgen, llena su explanada de fieles "avogosos" de Nuestra Señora de Los Milagros.

Pero la fiesta de ayer era diferente. Tenía un tinte de despedida, pues se ponía fin al primer año jubilar mariano en la provincia, convocado por el Papa Francisco con motivo del 50 aniversario de la coronación de la Virgen de Los Milagros. Sin embargo, y en palabras del obispo Leonardo Lemos: "No clausuramos este año jubilar porque finalice todo, sino que lo hacemos para comenzar de nuevo con otro ritmo", aseguraba el responsable de la diócesis a los miles de fieles que cada verano se dan cita en este santuario de Baños de Molgas en su día más grande.

"Son muchas las cosas que quedan por hacer a pesar de haber terminado este año en honor a la Virgen", explicaba este prelado, que habló de la figura de María como "la estrella de la nueva evangelización", una imagen que sigue "haciendo gala de un enorme poder de convocatoria", aseguraba. E instaba a los fieles allí reunidos a trabajar "por la fe de los jóvenes, los niños y las familias".

Durante su discurso, Monseñor Lemos también recordaba el momento de la coronación canónica de la Virgen: "Aquella ocasión en la que un sei s de septiembre en esta misma explanada un hijo de esta tierra, nacido en Maceda el cardenal y arzobispo de Santiago de Compostela proclamó la imagen de nuestra madre la Señora de los Milagros". Y resaltó que cada una de las piedras y joyas de su corona "están llenas del cariño de nuestros antepasados".

Un año jubilar este que finaliza que ha motivado según el clero "que muchos fieles se hayan acercado a este santuario cuando hacía tiempo que ya no iban".

Muchos peregrinos llegaban ayer al templo mariano. Muchos a pié desde todos los puntos de la provincia tal y como manda la tradición, y también conforme a ella, la Virgen salía de su casa una vez más para recorrer las inmediaciones del santuario en la procesión en la que los devotos la despiden con una marea de pañuelos blancos ondeando al aire.

Los Remedios

El fervor mariano atravesaba ayer la provincia de norte a sur. Una fe y devoción que se demostraba de mañana en los actos religiosos pero que conseguía distenderse y dar paso a la celebración popular a la hora de la comida. Un ejemplo de ello fue la romería de la Virgen de los Remedios de la ciudad que se recuperaba el año pasado después de que el santuario fuese al fin restaurado tras haber sido pasto de las llamas.