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Una provincia en llamas

El sospechoso por el incendio de Cualedro se declara inocente y dice que fue "a por una sandía"

La familia de Gumersindo Álvarez asegura que ha sido el relato "sin pruebas" de un vecino de A Pedrosa lo que motivó su detención

Una vista de la aldea de A Saceda, donde vive Gumersindo Álvarez. // Iñaki Osorio

Casi a diario, Gumersindo Álvarez acude al "bacelo", a poca distancia de su casa en A Saceda, en el concello de Cualedro, para recoger alguna de sus sandías. El pasado domingo no fue una excepción. "Hacia las once y media de la mañana dijo que iba hasta allí para recoger un par y darle una a un vecino", explicaba ayer el hijo de este octogenario que es, por el momento, el único imputado por el incendio declarado el pasado día 30 de agosto, que calcinó más de 2.000 hectáreas y que ha hecho mutar el paisaje otrora verde del municipio en lunar, tras el efecto devastador del fuego. Una acusación que su familia define como infundada: "Tenemos la certeza, al cien por cien, de que es inocente", reafirmaba su yerno ante la casa familiar, de la que Gumersindo no quiere salir.

"Estando en la viña aquella mañana vio el fuego y decidió salir de la parcela", relató, "y justo en ese momento aparecieron dos vecinos". Eran un ciclista de la propia Saceda y otro vecino de A Pedrosa, el pueblo de al lado, y que según el hijo de Gumersindo Álvarez increpó a su padre: "Fuiste tú el que le prendiste, porque quieres desbrozar la finca", una acusación que provocó la intromisión del tercero, quien intentó defender a Gumersindo: "¿Cómo puedes decir eso, si no lo has visto?", le recriminó.

Esta es la versión de los hechos de la familia del imputado que el pasado viernes era puesto en libertad con cargos alrededor de las nueve de la noche tras varias horas de declaración en el Juzgado mixto número uno de Verín. "Se lo llevaron a mediodía y cuando llegó estaba deshecho. Es una persona de mucha edad y ahora no para de darle vueltas a la cabeza", se lamentaba el marido de su hija. La jueza le tomó declaración junto a otros cuatro testigos, que presuntamente lo habrían visto en una pista parcelaria en el momento en el que se inició el incendio.

Los Álvarez intentan hacer vida normal, pero les resulta difícil. "Hemos ido a cosechar las patatas y Gumersindo no ha querido venir. No tiene ganas de nada", manifestaba ayer su familia, que lo describe como un hombre de gran energía: "Era como uno de 40, pero este golpe le ha sacudido y no se encuentra bien", contaban.

Se sienten indignados y no comprenden por qué el vecino de A Pedrosa acusa a su padre sin pruebas. Su esposa no puede evitar las lágrimas al recordar las nueve horas en las que Gumersindo estuvo detenido: "Mi marido nunca le ha hecho mal a nadie. Sufro mucho con esta situación porque a él lo quieren allá donde va. Estoy segura de que él no ha plantado en ningún sitio", defendía la anciana.

Ellos hacen sus propias cábalas sobre los motivos del incendio que prefieren no compartir, pero sí afirman que el único delito de su padre fue "estar en la viña justo en aquel momento". Un lugar equivocado en el momento equivocado que ha alterado la paz de estos vecinos de A Saceda donde todavía huele a humo.

La familia está segura de su inocencia y asegura que han recibido el apoyo del resto de vecinos de la aldea: "Nadie cree que haya sido él y todos se han ofrecido a testificar en su favor en caso de que sea necesario", indicaba uno de sus hijos. Una inocencia que también defendía el viernes su abogada a la salida del juzgado: "Gumersindo ha quedado en libertad sin ningún tipo de obligación, ni de comparecencia ni otras medidas cautelares", indicaba la letrada. "Estamos ahora a la espera de que sigan avanzando las investigaciones y realmente se pueda determinar cuál ha sido su participación, si es que la tiene, ya que desde nuestro punto de vista no hay nada acreditado", concluía.

Su hijo y su yerno destacan que "además es imposible que una única persona sea la responsable del incendio, porque se plantó en demasiados focos a la vez", argumentaban. Tras la detención de Gumersindo, la Guardia Civil confirmó que no se encontró en la zona ningún tipo de artefacto incendiario.

Vecinos cercados

Prosiguen por tanto las investigaciones para el esclarecimiento de este atentado ambiental que según los vecinos de la zona "ha puesto en peligro la forma de vida y las casas de mucha gente, no es ninguna broma". Dolores y Guiseppe, cuya casa fue rodeada por las llamas, recuerdan el mal trago: "Pasamos mucho miedo. Nos llegó el fuego a la puerta y pasamos una noche de verdadera pesadilla".

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