Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José María Pérez Álvarez "Chesi": "El lector no es ningún imbécil al que hay que darle todo trillado"

El novelista ourensano prepara una nueva edición de "Nembrot", que saldrá en abril

José María Pérez Álvarez "Chesi". // Iñaki Osorio

Su amigo Juan Goytisolo le sacó del anonimato durante la feria del libro de Madrid del año 2003. A alguien se le ocurrió preguntarle por sus libros favoritos y el catalán dio solamente un título: "Nembrot". Esta novela que según su solapa narra la historia de amor entre dos hombres que intentan huir de su soledad, marcó un punto de inflexión en la carrera del escritor barquense y colaborador de FARO José María Pérez Álvarez "Chesi". Ahora ha decidido volver sobre ella y devolverle en una reedición los 25 capítulos que no pasaron la criba en su primera versión: "Eliminé las partes que me parecía que dispersaban el hilo argumental porque la editorial estaba comenzando y me pedía una novela de menores dimensiones", aseguraba.

- ¿Qué encontraremos en la reedición de "Nembrot"?

- Ahora mismo todavía estoy en el proceso de corrección de esta nueva versión pero principalmente se trata de restituir las casi 200 páginas de digresiones que omití para su publicación en 2002. Con el tiempo me he dado cuenta de que todos esos capítulos que son homenajes a Flaubert o referencias inventadas a la guerra en realidad si encajaban en "Nembrot", y le planteé a la editorial Trifolium el atrevimiento de publicarla entera y han aceptado. Personalmente como lector, disfruto mucho de las digresiones en obras como el propio Quijote o en algunos de los libros de Joyce.

- ¿Cuándo llegará a los lectores?

- Espero que para abril. Estoy intentando por todos los medios que la fecha de publicación coincida con mi cumpleaños, el 9 de abril. Recuerdo que "La soledad de las vocales" vio la luz ese mismo día del año 2008 y me dio muy buena suerte. Supongo que ahora me agarro a esta superstición.

- Esta novela se publicó en 2002 pero se mantuvo en cuanto al número de ventas hasta el cierre de la propia editorial. ¿Cuál crees que es el secreto de su éxito?

- Se mantuvo con una media de venta de 50 ejemplares al año y es fantástico y poco común que una novela perviva durante tanto tiempo. Yo creo que ha gustado tanto porque es una novela torrencial que escribí con completa libertad, sin ningún tipo de atadura porque no esperaba que fuese publicada nunca. De hecho, desde que la escribí hasta que atravesó el proceso de corrección y vio la luz pasaron ocho años.

- Hace apenas nueve meses salía tu última novela "Examen Final" y en casi otro tanto estará en las librerías el nuevo "Nembrot". Es un ritmo bastante bueno de publicación.

- Últimamente estoy publicando mucho pero es porque también estuve diez años sin apenas sacar nada. Tenía mucho almacenado y al final la salida natural de los textos que escribes es la publicación, aunque reconozco que es mucho más lo que rompí que lo que he guardado.

- A principios de este mes estuvo usted firmando libros en la Feria del Libro de A Coruña. ¿Cómo es el encuentro frente a frente con el lector?

- Es una experiencia curiosa porque cuando escribo no pienso en que el texto vaya a ser publicado ni tampoco en el lector, así que descubrir, como me pasó en A Coruña que hay gente que me sigue desde que empecé, que tenía todo lo que he publicado, me parece algo insólito. Es increíble que se produzca ese flechazo y que alguien se apasione por lo que uno hace. Algunos de los lectores te dan visiones de tu obra en las que tú no habías caído, es muy cierto ese tópico de que el lector reescribe el libro.

- Si tuviese que definir su trayectoria como escritor en una sola palabra, ¿cuál escogería?

- He de decir que hasta la publicación de "Nembrot" nunca me planteé siquiera que tuviese una trayectoria. Pero a raíz de esta obra digamos que la palabra que la definiría sería búsqueda. La búsqueda de mi forma de escribir particular, de nuevas fórmulas que no sea repetir lo que ya hice. Lo que intento siempre es romper, buscar caminos distintos todo el rato.

- Lo que usted escribe no es para todos los públicos, no tiene vocación de best-seller.

- A cualquier escritor por muy radical que sea en sus planteamientos le encantaría que una obra suya vendiese millones de ejemplares esa es la verdad, pero yo parto de la base de que el lector no es ningún imbécil al que hay que darle todo trillado.

- ¿Qué hay del propio Chesi en sus novelas?

- "Examen final" es la obra con más rasgos autobiográficos. Al igual que su protagonista yo también tengo ese miedo a la página en blanco y a la falta de inspiración. En el resto de novelas si he incluido circunstancias o anécdotas que he vivido, intento escribir sobre cosas que me son familiares. Pero en general soy bastante pudoroso, no comparto la idea de Vargas Llosa de que escribir sea como hacer un estriptis.

- ¿Cómo es el proceso creativo?

- Nunca me planteo el argumento de una novela, suelo tirarme sin red, con una frase y poco más. Cada día cuando me siento a escribir no tengo la menor idea de lo que va a suceder, es un proceso de hallazgo, una aventura. Desde ese punto de vista mi visión de la literatura se acerca más a la de Cortázar que a la de Vargas Llosa, que ha querido documentarse de una manera tan meticulosa que ha asesinado la literatura para convertirse casi en reportero.

- Eres funcionario de la Agencia Tributaria. Una ocupación a la que se ha referido en varias ocasiones como "ir a galeras". ¿Cómo lo sobrelleva?

- En las siete horas que paso allí tengo que realizar ese trabajo pero después tengo que establecer una barrera, una frontera infranqueable. Digamos que esa actividad es la que me alimenta el cuerpo y la escritura el espíritu. Pero he de decir que gracias a mi trabajo "en galeras" puedo mantener mi independencia como escritor, si quisiese dedicarme solo a la literatura tendría que hacer bodrios para sobrevivir.

- Tu relación con Ourense siempre ha sido un poco complicada. ¿Cómo la definirías en estos momentos?

- Pésima, no me interesa en absoluto. Me siento desvinculado de la geografía, de la actividad cultural. Es como si fuese un desterrado que se encuentra aquí de paso. Pero creo que dado mi carácter me pasaría esto en cualquier ciudad en la que viviese, me imputo a mí toda la culpa. En realidad, el estimulo es algo que tiene uno mismo en su cabeza pero Ourense me parece terriblemente gris.

Compartir el artículo

stats