Los días que restan hasta que comience la Vuelta el próximo día 22, los dedicarán a "poner a punto las motocicletas", explicaba el jefe de la Unidad Móvil de Seguridad Vial en la Comandancia de Ourense.

"Las motos son revisadas totalmente antes de partir, se le cambian ruedas, la amortiguación, el aceite, se pintan, tienen que ir todas perfectas", describía Martínez Bugallo. Sus jinetes también deben pasar unas pruebas específicas en Mérida para cabalgarlas. "Si es así podrán participar en el dispositivo hasta tres años", informaba el sargento. Las aptitudes de los agentes son medidas primero con una prueba de conos de habilidad, después deben completar un circuito y finalmente un examen teórico sobre las normas de la Vuelta. Los que pasan esta criba se enfrentan con el último paso: una entrevista personal con el Comandante que "es la máxima autoridad dentro de la Unidad, y es de Coruña, por cierto", aseveraba este guardia civil ourensano.

Una tarea para la que deben prepararse pues no está exenta de peligros. "Los accidentes, las caídas de la moto están ahí, el año pasado perdimos así a un compañero, esperamos que no se repita nunca más", recordaba.