Socorro Pérez salió de su piso de Ourense para hacer deporte, el sábado 2 de mayo, y fue víctima de un crimen. Tenía 43 años. Su cuerpo fue localizado 34 días después, en una zona de maleza del monte Seminario, cerca de una urbanización a las afueras de la ciudad. La mataron con un golpe en la cabeza, posiblemente con una piedra. El deterioro de los restos ha impedido hallar ADN del asesino o pruebas sobre si fue violada. La familia, sumida en la "inquietud", exige a la Policía celeridad en el caso. "Se juega su prestigio".

- Han pasado 3 meses del crimen de su prima y no han trascendido grandes avances en la investigación.

-No vemos ni se nos comunica por parte de la Policía grandes pasos adelante y eso produce en la familia desasosiego e inquietud.

- ¿Tienen alguna sospecha de quién mató a Socorro?

-La pregunta del millón es quién la mató y dónde. Manejamos dos escenarios. El fundamental, que se trate de una persona de su entorno, alguien que ya la conociera. La segunda posibilidad es que en la ciudad estuviera suelto un violador o un asesino; y esto último sería muy preocupante y justificaría lo que está ocurriendo en la ciudad, que es una gran alarma social. Raro es el día en que una o dos personas, incluso gente desconocida, me para por la calle y me pregunta por alguna novedad sobre la investigación. Les extraña que no se sepa nada. La Policía debería dar una respuesta a la sociedad ourensana, pero no dice nada.

-¿Tenía alguna relación Socorro con la que vinculen los hechos?

-Hasta donde sabe la familia, mi prima tenía una o dos relaciones, quizá una de ellas más allá que pastoral y la otra más allá que una amistad, y este tema debería haberse esclarecido. Pero tampoco sabemos nada y a día de hoy tendría que conocerse si tienen algo que ver o no. Hay muchas incógnitas por aclarar por parte de la Policía y esto lo que crea es, primero angustia y desazón a la familia; y en segundo lugar, mayor inquietud de la ciudadanía.

- El informe de Toxicología no aclara si fue víctima de una agresión sexual ni aparece ADN ajeno. Parece un obstáculo añadido.

-Nos lo temíamos por el estado en el que aparecieron los restos. Pero no se puede fiar todo a las pruebas de ADN, hay otras líneas de investigación que la Policía debe y me imagino que estará haciendo. Tienen que explorar, investigar y poner todos los medios y si no los hay en Ourense, pedirlos a Madrid. No son casos comparables, pero con las chicas asesinadas en Cuenca se movilizó un aparataje policial desde el minuto 1 y se activaron todos los medios por parte del Ministerio del Interior, incluido unidades especializadas en desapariciones.

- ¿Considera inadecuados los primeros pasos de la Policía cuando se denunció la falta de Socorro?

- Creo y mantengo que hubo una cierta descoordinación y también errores policiales muy importantes; transcurrieron 34 días hasta que apareció el cuerpo. Eso jugó en contra de esclarecer el caso para disponer de medios de prueba, pistas e indicios que ahora mismo no tenemos. Se abrieron líneas innecesarias, como el de la marcha voluntaria, una posibilidad que era inverosímil viendo los planes que tenía, y el del suicidio. Y además se ha hecho caso a rumorología, como que mi prima era depresiva. Desde el primer momento tendrían que haberse centrado en una desaparición forzosa.

- En varias ocasiones le ha parecido raro que ninguna persona de su entorno conozca algún detalle relevante para el caso.

- Me parece muy extraño que si el criminal está en el entorno, nada ni nadie sepa nada o ella no le hiciera el más leve comentario sobre si alguien la acosaba o la amenazaba. Esto es raro. Y luego la colaboración dentro de alguno de sus entornos, creo que no fue del todo sincera para poder tener más datos.

- El día de la desaparición, sábado 2 de mayo, había fiestas en Vistahermosa, cerca del Seminario.

- Es verdad que coincidió y que cuando hay fiestas en un barrio pulula gente de todo tipo y condición. A día de hoy, pasados 3 meses, por parte de la Policía debería decirse "aquí no hay nada", si es así. Mientras la Comisaría no lo aclare, que no es ese el móvil del crimen, se va a generar esa alarma permanente. Pasan los días, pasan los meses, no se aclara nada y nos sentimos como en el minuto 1. Cuanto más tiempo tarde en resolverse el caso, la alarma social y la angustia de la familia irán en aumento. No son cuestiones aisladas, van en paralelo.

- Esta semana, el inspector jefe del caso les garantizó esfuerzos y medios. ¿Qué impresión les ha quedado de esa reunión?

- No pido ni quiero que me digan pistas o el nombre de sospechoso, pero como familiar tengo derecho a saber en qué se concretan esas medidas y ese esfuerzo. Esas palabras que pueden decirse para dar tranquilidad, causan inquietud porque no vemos resultados. La Policía se juega su prestigio. La familia le exigimos que este caso se resuelva.