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Un urbanismo paralizado

Siete años sin un PXOM aprobado ni suelo industrial calificado desvían las empresas a otros municipios

Dos empresas multinacionales, Hipercor y firmas de termalismo han desistido o congelan sus proyectos en la ciudad por la inseguridad jurídica -Colectivos de empresarios urgen aclarar qué se hará con el plan actual

Polígono de As Coiñás, el único del municipio de la capital y ya completo. // Iñaki Osorio

Dos empresas multinacionales, una ellas del sector del deporte y otra de electrónica, que suelen implantarse juntas, como ya hicieron en Vigo, buscan 50.000 metros cuadrados de suelo calificado como industrial con dotación comercial que Ourense no puede ofrecerles. Hipercor ha desistido de instalarse en la ciudad de As Burgas e inversores del distintas áreas, entre ellos del termalismo, bien se han ido, o tienen paralizadas proyectos de hotel. También está parada la torre de viviendas prevista en Mariñamansa, o el propio edificio con hotel en su bajo incluido, que iba a promover Copasa en la zona próxima a A Chavasqueira.

El motivo ha sido en todos los casos el mismo, la inseguridad jurídica de una ciudad que carece de un plan de urbanismo en vigor desde hace 7 años, tras ser anulado por sentencia judicial el PXOM de 2003, lo que ha impedido tener suelo calificado para dotar el ansiado gran parque industrial del municipio.

Esta situación ha dejado también en la estacada otros proyectos como el gran multicentro previsto por Eroski e impide que otros modelos de negocios, en este caso pequeñas empresas o industrias, se ubiquen en la capital, y opten bien por el polígono de San Cibrán como por otros limítrofes de Pereiro e incluso por desviarse a parques industriales del norte luso.

As Coiñás no puede crecer

El único polígono industrial de la capital es el de As Coiñás, pero el PXOM que dejó elaborado el anterior gobierno pero que no está en vigor, solo se procede a la consolidación de este parque, nacido en su día casi en un cruce de viales, pero no se le permite crecer. No tiene hacia donde.

La única propuesta que se ofrecería en el PXOM y que ha sido descartada por varios colectivos empresariales en sus alegaciones, es la dotación de suelo industrial en Seixalbo-Cumial. Los informes sin embargo desaconsejaban esta ubicación por varios motivos. El principal, las cuestiones ambientales y topográficas que harían costosísima la urbanización para convertirlo en un polígono industrial. Algo parecido a lo ocurrido con el Val da Rabeda, que finalmente se convirtió en un polígono fantasma que arruinó a la administración sin llegar a inaugurarse.

El alcalde de Ourense se enfrenta a una de sus más difíciles herencias: decidir qué hacer con el PXOM; aceptar el que hay, pese a que con sus 6.000 alegaciones ha sido el más contestado de la democracia; encargar uno nuevo, algo improbable teniendo en cuenta la demora de años que esto supondría, o consensuar cambios del PXOM actual con la oposición, algo que se avecina complejo.

Se ve obligado a pactar con Democracia Ourensana, algo que se avecina difícil, o con el PSOE, con lo cual tendría que atenerse a casi todo el modelo de PXOM diseñado por el anterior gobierno local.

Mientras, la falta de un plan de urbanismo aprobado, impide el traslado del matadero del entorno del Campo de A Feira, algo fundamental para consolidar el proyecto termal de ciudad, que tiene previsto crecer en esa zona con hoteles y un bulevar termal, que choca con la presencia de un matadero de reses en el entorno.

En tanto la inseguridad jurídica persiste, los polígonos del entorno crecen. De hecho el 95% de las firmas instaladas en el parque de Valença do Miño son gallegas y también hay deslocalización hacia Ponferrada, con el suelo más barato "provocando así una importante deslocalización de empresas de esa importante zona empresarial de la provincia de Ourense buscando mejores condiciones y seguridad", alerta la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias.

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