Tanto en invierno como en verano, visitar las termas y su entorno se ha convertido en un remedio muy utilizado por los ourensanos para combatir las extremas temperaturas de la ciudad. Sin embargo, es durante estos meses de calor cuando más afluencia de usuarios reciben, según Patricia Otero, trabajadora de Outariz, "con mucha diferencia".

Para los turistas también es una parada obligada; y es que Ourense es la segunda capital termal de Europa después de Budapest.

Claudina Díaz, vecina de Sarria, afirma que "hay que promocionar lo que tenemos. A todos los que vienen de fuera los traigo aquí". En esta ocasión, le ha tocado el turno a su nieto Carlos, de Madrid, que es la primera vez que visita A Chavasqueira y al que le ha sorprendido el buen estado de las instalaciones, "para ser públicas están muy bien acondicionadas y limpias", dice.

Además de As Burgas, las fuentes termales más céntricas de la ciudad y que cuentan desde 2010 con poza propia, existen tres piscinas naturales públicas en Ourense a lo largo de un paseo que recorre el margen derecho del río Miño y otras dos zonas termales privadas, Outariz y A Chavasqueira, que cuestan entre 4 y 5 euros.

No obstante, los baños a cerca de 40º de temperatura no son la única oferta que ofrece el termalismo ourensano. Sus aguas son conocidas por poseer propiedades medicinales que ayudan a mejorar afecciones fundamentalmente dermatológicas y del aparato locomotor. La fuente de O Tinteiro, también en la orilla del río y recientemente reformada, recibe visitantes diariamente que utilizan el agua para eliminar determinadas dolencias. Este es el caso de Teresa Rodríguez y Cándido Nóvoa, un matrimonio que alaba los usos terapéuticos del agua de O Tinteiro. "Hay que divulgar esto. Conozco casos, además del mío, de personas con problemas de piel que tras siete días viniendo aquí mejoraron muchísimo", señala Cándido.

Mejores accesos y servicios

Hay también lugar para las quejas. Marisol Álvarez y su hija Sofía creen que la zona "sería mejorable" con "más arena y mejor sitio donde tumbarse". Sin embargo, las principales críticas están motivadas por la dificultad de acceso en coche y el estado de los servicios.

Jesús Rodríguez critica que "la accesibilidad en bicicleta es mala, pero en coche aun peor y a veces es imposible aparcar". Néstor Piñeiro coincide y denuncia que "los vestuarios están sucios, muchas veces no hay papel y además los baños públicos cierran muy pronto".

Trabajadores de mantenimiento de Outariz han comunicado también a este periódico que llevan tiempo pidiendo al Concello que arreglen la presión de agua fría ya que hay una avería "importante". Segismundo Varela declara que "la presión del agua no está bien. Si le damos al agua fría para trabajar o mantener el agua de las pozas a la temperatura correcta, los visitantes se quedan sin ella en las duchas lo que supone un problema. Lo hemos dicho en múltiples ocasiones, pero en el ayuntamiento no nos hacen caso".