Lo que también ocupa al gobierno municipal son los actos de vandalismo y los graves perjuicios que causa a los ciudadanos, así como a las arcas municipales. El más reciente está relacionado con la piscina infantil del complejo público de Oira, que espera poder abrir de nuevo durante la jornada de hoy, después de que un grupo de personas se metiesen durante la noche del domingo en su interior y con piedras rompiesen las plaquetas, como explica el edil de Deportes, Mario Guede.

Se procedió a su reparación provisional, pero ante el riesgo para los menores que se puedan levantar, se optó por mantenerla cerrada el lunes y ayer, y reparar los daños causados con todas las garantías para los usuarios.

Pero no es el único espacio público afectado por los actos de vandalismo, y así, las zonas verdes, sobre todo el mobiliario, que sufre importantes desperfectos, como los bancos, árboles y los juegos infantiles que se encuentran instalados en muchos de esos espacios verdes de la ciudad.

De ahí que una de las opciones que se baraja es que determinados espacios sean objeto de vigilancia por parte de la Policía Local, aunque debido a la actual situación en la que se encuentra la plantilla, con una "importante limitación de efectivos", como reconocía el edil de Seguridad, Francisco González, es "inviable" plantearse la denominada policía medioambiental.