Un matrimonio de vecinos de la localidad pontevedresa de Cambados sufrió un sobresalto la tarde del sábado cuando circulaba en su vehículo, en sentido Benavente, por la autovía A-52 de As Rías Baixas. A la altura del término municipal de Sandiás, cerca de la localidad de Lavandeira, el turismo recibió un impacto que no dejó heridos pero sí desperfectos. La bala perdida procedía, según la principal hipótesis de la investigación, de una batida de cazadores que ya han aceptado hacerse cargo de la cuantía de los desperfectos.

El incidente se quedó solo en un susto gracias a que la resistencia del vehículo impidió que ninguno de los dos ocupantes resultase herido. El proyectil impactó en una puerta lateral del automóvil, que frenó su penetración, para quedar finalmente incrustado en el techo. La investigación apunta a que el disparo perdido procedía de una batida de caza que se realizaba en las inmediaciones.

El suceso se produjo a la altura del kilómetro 190 de la autovía, cuando el matrimonio, que al parecer se dirigía a Madrid, escuchó el ruido de un impacto en la parte superior del coche.

Alertados, los viajeros detuvieron el turismo varios metros más adelante, en la autovía, para comprobar qué había sucedido. Fue cuando descubrieron que un proyectil se había incrustado en su automóvil.

Desconcertados, sin una idea clara de por qué su coche había sido alcanzado por un disparo, los dos pontevedreses optaron por dar aviso de los hechos a la Guardia Civil. Acudieron al cuartel del instituto armado en Xinzo de Limia, el más próximo al lugar de los hechos en su trayectoria.

Una vez allí, los agentes inspeccionaron el automóvil y confirmaron que el impacto procedía de un arma de fuego, probablemente de un rifle. Por los datos de los particulares, llegaron a la impresión de que el incidente pudo deberse a una bala perdida de una batida de caza de jabalí en las inmediaciones de la autovía A-52.

La Guardia Civil puso en marcha a su equipo de investigadores para medir la fiabilidad de esa primera hipótesis. Según manifestaban ayer portavoces del instituto armado, las gestiones de los agentes dedicados a las pesquisas sirvieron para confirmar que, en las inmediaciones del lugar en el que tuvo lugar el incidente, hay un coto de caza. De acuerdo a las mismas fuentes, la jornada del sábado tuvo lugar una batida organizada por un grupo de cazadores.

En el marco de la investigación, los agentes contactaron con el presidente del colectivo, quien aportó documentación para demostrar que la actividad de la que pudo proceder el disparo involuntario estaba autorizada. Tal y como trasladó al cuerpo, el coto cuenta con un seguro para cualquier eventualidades y, en un principio, también cubrirá los daños registrados por el vehículo de los dos cambadeses.

En todo caso, la investigación aún no se ha cerrado. Cuando los propietarios del turismo, que pudieron continuar su viaje, lleven a reparar el coche, la Policía Judicial se trasladará al taller para recoger el proyectil y analizar que corresponde con el de los cazadores.