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Denuncian ante la Comisión Europea el riesgo de daños a la Ribeira Sacra de una autovía

La plataforma que rechaza la A-76 eleva una queja contra el Reino de España por la "afectación grave y permanente" del trazado previsto » Fomento prometió reabrir el plazo de alegaciones

Dos hombres trabajando en la vendimia heroica de la Ribeira Sacra. // B. Lorenzo

Toda España se deleitó en vivo o por televisión con el paisaje majestuoso de la Ribeira Sacra durante la pasada edición de La Vuelta, cuya vigésima etapa discurrió por Luintra, Esgos, Pereiro de Aguiar y A Peroxa en el avance del pelotón hacia el final en cumbre en Os Ancares. El enclave natural, una simbiosis de laderas abruptas, remansos del Sil y extensiones de viñas que exigen heroicidad, afronta una paradoja. Alcaldes y las Diputaciones de Lugo y Ourense van de la mano para convertir el territorio fronterizo entre ambas provincias en Patrimonio de la Humanidad dentro del selecto catálogo de la UNESCO. El propósito contrasta con el proyecto de trazado para la futura autovía A-76 entre Ourense a Ponferrada. La infraestructura, demandada para mejorar la conectividad de la comarca de Valdeorras, afectaría de lleno a la joya natural tal y como está planteada en el trazado mixto conocido como "Alternativa Ourense 9".

El BOE cogió de improviso en marzo a los vecinos de la zona. Sin que ninguna institución los hubiera informado previamente, descubrieron que al paisaje singular de la Ribeira Sacra lo amenazaba una autovía. Cemento, tráfico de alta capacidad y ruido. La sorpresa inicial se fue transformando en movilizaciones y acciones de oposición a la propuesta del Ministerio de Fomento. En abril, consiguieron el apoyo unánime del pleno de la Diputación para instar al Gobierno a oír sus inquietudes.

Mientras esperan al compromiso del ministerio de reabrir la fase para permitir nuevas alegaciones -en una reunión en agosto de la plataforma con el presidente de la Diputación, José Manuel Baltar, se estableció un plazo de espera hasta finales de este mes-, el colectivo ha optado por dar un paso más. Según aseguran, han acudido a la Comisión Europea, elevando una queja contra el Reino de España, por incumplimiento del derecho comunitario de protección del medio ambiente y a las personas.

En la denuncia se señala específicamente la "afectación grave y permanente de un ámbito paisajístico referencial" y se alega que "el trazado y los trabajos vinculados a la ejecución de la obra suponen una afectación significativa respecto a espacios naturales protegidos y hábitats de interés comunitario". Penalba, Cerreirúa, Barxela, Pereira y O Val son algunas de las aldeas por las que atravesaría la A-76. Otras "se quedarían al borde un barranco o aisladas", incide el portavoz Valentín Barreiro. "Y esa solo sería la afectación humana. Porque desde el punto de vista ambiental, turístico y económico, el impacto sería brutal".

En su opinión, existen alternativas que protegerían la Ribeira Sacra, resultarían más económicas y evitarían enredar nudos de conexiones en lugares como Os Peares, donde el trazado de la A-76 proyecta un nuevo viaducto que complicaría aún más el galimatías geográfico y burocrático de una localidad que depende de cuatro concellos y dos diputaciones. Proponen dibujar la autovía A-76 entre Ponferrada y Monforte, enlazar ahí con la A-72 prevista entre esta localidad y Chantada, y servirse por último de la futura autovía a Lugo, la A-56, para concluir el trayecto a Ourense.

La Plataforma sostiene en su queja elevada Europa que "tampoco se incluyen razones de imperioso interés público de primer orden que justifique, ante la falta de soluciones alternativas a un trazado con fuerte afectación medioambiental, la necesidad de la obra proyectada". Además, se ha solicitado que se corrija la situación de "indefensión" porque, defienden, "no se ha respetado eficientemente el principio de información pública y derecho a la participación".

La plataforma, integrada ya por más de 100 vecinos, y que ya había planteado un recurso contencioso administrativo contra el trazado, pretende que su mensaje sea avalado por los referentes institucionales. Están a la espera de trasladar sus intenciones al delegado territorial de la Xunta en Ourense, Rogelio Martínez, y también pretenden la intermediación del presidente Alberto Núñez Feijóo. Del titular del ejecutivo autonómico, pretenden que "contribuya de manera inequívoca a la protección de la Ribeira Sacra" y que, como máximo representante del ejecutivo autonómico, pase a ser un "firme defensor de uno de los espacios más singulares de Galicia".

También buscan el respaldo del Valedor do Pobo, José Julio Fernández Rodríguez, que, en sintonía con las diputaciones de Lugo y Ourense, firmó el convenio de colaboración para la puesta en valor de la Ribeira Sacra. Un grupo multidisciplinar de expertos trabaja ya para impulsar su candidatura a Patrimonio de la Humanidad elaborando un informe técnico al respecto. Los vecinos confían en su apoyo después de que Fernández advirtiera del posible problema para la declaración UNESCO por la concentración de centrales hidroeléctricas. Los opositores tienen claro que el mantenimiento de la A-76 por la Ribeira Sacra supondría un "golpe mortal" para las aspiraciones a Patrimonio de la Humanidad.

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