"Eso de que exigen un indice de masa corporal (la relación que existe entre la altura y el peso de una persona) mínimo para desfilar en pasarela es mentira", asegura Iván. "Si el diseñador dice que te tienes que meter en una talla 40 tienes que entrar, si no en la prueba de medidas te mandan para casa", explica el joven limiao a la hora de referirse a los sacrificios que trae consigo la profesión de modelo.

"Yo no le llamaría sacrificio, pero es cierto que hay que llevar una vida saludable y cuidar el peso, hay que estar delgado para la moda". Sin embargo, también reconoce que cada vez el ideal de belleza se acerca más a la naturalidad: "Eso de estar sin un pelo y lleno de músculos ya no se lleva".

"Al final del día, recorrer la pasarela, saber que de mí depende que una prenda de ropa se venda o no, es algo que me llena, que me hace sentir bien", explica Cabrera que también lamenta la desaparición de certámenes como el de Miss o Míster, "abren muchas puertas".