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Juicio por presunta prevaricación continuada

La fidelidad que no se da de baja

Un grupo de alcaldes del rural y cargos del PP de su hijo acuden a apoyar al exbarón

El exalcalde de Celanova (izq.) y los regidores de Molgas, Cartelle y Leirado. // Iñaki Osorio

José Luis Baltar, atareado entre su finca de As Vendas (Esgos) y la mirada puesta en sus nietos siempre que puede, lleva más de dos años al margen de la política activa, pero no camina solo en el camino tortuoso que la justicia le marca en plena jubilación. Aunque ya no reparta saludos con tanta asiduidad. "No es solo el padre de José Manuel, es el padre de todos", resumió en su momento el exalcalde de Calvos de Randín, Antonio Rodríguez, para calibrar la devoción de los suyos, que parece no haberse agotado ni con el retiro ni con la baja voluntaria del PP para enfocarse en su defensa.

Decenas de cargos fieles lo jaleaban cuando llegó a declarar en calidad de imputado, en febrero de 2013, -hubo gritos y encontronazos entre partidarios y detractores a las puertas del juzgado-, y numerosos integrantes del PP de Ourense que gobernó durante dos décadas lo arroparon ayer. No se produjeron incidentes ante el despliegue de policía.

A las puertas del Pazo de Xustiza, varios alcaldes del rural ourensano, su granero infalible de apoyos, se reunieron en el umbral esperando dar su apoyo a Baltar padre. Acudieron los regidores y diputados de Pereiro de Aguiar y Muiños, el exalcalde de Celanova -parlamentario en O Hórreo- y su sucesor, la alcaldesa de Cartelle y Senadora, así como los mandatarios de Nogueira de Ramuin, Xunqueira de Espadañedo, Padrenda, Quintela de Leirado, Ramirás, Sandiás, A Merca, Porqueira y Cualedro.

También estaba representado el partido que desde 2010 lidera su hijo, José Manuel Baltar Blanco. Entre los apoyos se encontraban dos de sus hombres de confianza en el PP de Ourense: el gerente, Luis Vergara, y el secretario de organización, Pablo Pérez, que es hijo del alcalde de Quintela de Leirado. Pero la escena de un Baltar en loor de multitudes accediendo al banquillo de los acusados no se produjo. "En su más puro estilo, nos sorprendió a todos otra vez", decía con sorna uno de los alcaldes presentes ayer para mostrar apoyo.

El expresidente se presentó a primera hora de la mañana en el Pazo de Xustiza, antes incluso de que los primeros periodistas establecieran la guardia. A las puertas de la sala de vistas de la Audiencia, donde se desarrollará todo el proceso por falta de espacio en el juzgado Penal Número Uno, José Luis Baltar departía con algunos de sus antiguos subordinados en la Diputación. Después se prestó a posar a los gráficos.

El PP y el congreso, ausente

Pocas menciones hubo a las siglas en el juicio de los contratos. Solo cuando el abogado del PSOE preguntó por si existía relación entre las altas urgentes y el congreso de enero de 2010 que fraguó el relevo del acusado en favor de su hijo. El juez instructor había vinculado las contrataciones con la cita que "curiosamente" ganó el sucesor. El jefe de Personal desligó "en absoluto" las altas del cónclave provincial.

Baltar abandonó con chófer la primera sesión, declarándose "satisfecho" y confiando en su suerte. Sobre las culpas que arrojaron sus exfuncionarios, resolvió: "Cada uno es responsable de sus palabras".

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