Supuestos colocados, funcionarios jefe, y más de una docena de alcaldes -todos menos uno del PP- se subirán al estrado para declarar como testigos en el juicio de Baltar, a quien durante años nadie le discutió fidelidad en público. Mañana lunes, el secretario, el exinterventor y el jefe de Personal de la Diputación -los tres técnicos a los que el expresidente desvió, en su defensa, la responsabilidad a la hora de tramitar contratos- abren el turno de las declaraciones, que suman medio centenar de personas.

También están citados para la apertura del proceso dos de los supuestos enchufados así como el director del Centro Cultural, el exdirector de la Biblioteca, la gerente del Teatro Principal (y exnuera) y el jefe de Vías y Obras. Forman parte del listado de funcionarios jefe que realizaron peticiones de personal por necesidades de servicio.

En días previos al juicio, dos de los responsables de departamentos pidieron no declarar. El jefe de servicio de la imprenta provincial, a donde fueron a parar 4 de los 104 contratados tras solicitar 6 trabajadores, objetó a través de su mujer. La esposa compareció en el juzgado con un informe en el que alegaba que la comparecencia de su esposo podría acarrearle problemas de estrés o ansiedad. También pidió no ir el jefe del parque de maquinaria. Según la causa, Baltar contrató a 4 personas para esa dependencia y el taller (que tenía otro responsable). El testigo, citado para el miércoles, aportó un certificado médico de hace 4 años, según objetó el PSOE.

La juez del Penal Uno dictaminó que "no proceden las excusas" al no encontrar una "causa que acredite imposibilidad de comparecer". Sobre el jefe de la imprenta, citado para el martes, concede que "se intentará su declaración mediante vídeo-conferencia sin perjuicio de que de resultar imposible, deberá comparecer en la sede judicial".