El escultor Acisclo Manzano y su hijo Acisclo Novo, comparten en el centro Cultural Marcos Valcarce de Ourense una exposición que sintetiza el talento creativo de ambos, plasmado en diferentes materiales y en dos estilos con personalidad propia. Las puertas de este evento se abrieron el pasado 12 de mayo y no se cerrarán hasta el día 29 de junio, pero la obra permanecerá gracias a un catálogo con las obra de la exposición y un documental presentado en la tarde de ayer, en un acto que contó con la presencia del conselleiro de Cultura Xesús Abad.

Durante mucho tiempo los caminos creativos de Acisclo Manzano y Acisclo Novo fueron por separado. El primero buscaba una huella propia e identificable mientras que el segundo mantenía su reputación. Padre e hijo deciden ahora que es el momento de converger en un mismo espacio al mismo tiempo sin que se produzca una contaminación no deseada. En esta exposición, Acisclo Manzano, uno de los grandes escultores gallegos contemporáneos, muestra las obras que forman parte de su colección particular, una serie de piezas que él hizo a lo largo del tiempo y de las que no quiso desprenderse. Por el contrario, Acisclo Novo ofrece su trabajo más reciente con nuevos y viejos materiales bajo el título Narrativa breve "Refiriéndose al crítico de la muestra el conselleiro aseguró que ésta es "una obra de estirpe, de sangre común, de padre e hijo que siguen trayectorias propias, pero con un poso de familia, de herederos señalados por una línea genética con el don de la plástica".

Según Vázquez Abad, "la plástica de Galicia, la cultura de esta tierra y una sociedad que puede verse con un lugar propio en el mundo global en el que vivimos, tienen una deuda de reconocimiento con ambos artistas que nos ofrecen aquí su obra".

El titular de Cultura y Educación destacó que Acisclo Manzano, que marca desde hace más de medio siglo la historia de la forma física en Galicia, y Acisclo Novo, que introdujo su fuerza renovadora en la corriente difícil e ilusionante del nuevo despertar de la escultura gallega, suponen dos escalones contiguos en una ascensión libre, en el arte gallego.