Tras licenciarse como ingeniero de Minas en la rama de Materiales, ha ido concatenando contratos vinculados a proyectos del grupo Encomat relacionados con las aleaciones que utiliza la industria aeronáutica o la protección catódica de estructuras de hormigón armado. Actualmente desarrolla su tesis, que consiste en la búsqueda de nuevos materiales para el revestimiento interno de las latas de conserva que ofrezcan mayor seguridad alimentaria que los convencionales. Una investigación clave para el sector gallego, puesto que algunos países como Francia, uno de los mercado a los que exporta, empiezan a prohibir el uso de los barnices de tipo epoxi-fenólico.

El proyecto surge de una colaboración previa con Anfaco y David realizará una estancia en el departamento de Ingeniería Química de São Paulo que le permitirá obtener el doctorado internacional: "Voy a aprender métodos estadísticos y abrir una colaboración con el grupo de Vigo para avanzar juntos. Y el día de mañana también nos gustaría que ellos vengan aquí".

Los barnices de tipo epoxi-fenólico son muy versátiles y permiten un gran ahorro al poder ser utilizados en muchos alimentos, entre ellos, el escabeche, "el más comprometido". "Sin embargo, están siendo muy discutidos porque uno de los monómeros más utilizados para sintetizarlo, el Bisfenol-A, puede migrar al alimento. Y se ha demostrado en animales que a lo largo del tiempo puede provocar alteraciones estrogénicas que afectarían, por ejemplo, al tiroides. Por eso hay mucho interés en buscar alternativas", explica David, que trabaja con barnices sanitarios basados en organosilanos funcionalizados que pueden utilizarse solos o combinados con los tradicionales en el caso de los alimentos más agresivos.

El joven aprecia la libertad del mundo académico para investigar, pero tampoco se cierra a la empresa, dadas las dificultades actuales para conseguir una plaza.

Un pasaporte a los mejores centros del mundo como el MIT o el CERN para regresar con conocimientos aplicables al desarrollo de sectores claves de Galicia: desde la automoción a la biotecnología, el sector agroforestal o la pesca. La Fundación Barrié desveló yer los nombres de los 42 jóvenes talentos que han sido seleccionados en su 25ª convocatoria para realizar másteres y estancias de investigación predoctorales en el extranjero.

Siete de estos cerebros han estudiado en la Universidad de Vigo, nueve en A Coruña y 20 en Compostela, mientras que el resto, entre los que también figuran jóvenes de la ciudad y su área, cursaron estudios en Barcelona, Madrid o Valencia.

La convocatoria de este año incluye como novedad dos becas en colaboración con el Clúster de la Automoción Gallega (Ceaga) para impulsar la mejora del sector. Una de las beneficiarias es la ingeniera industrial viguesa Noemí Cameselle, de 27 años y que todavía debe elegir entre el prestigioso MIT o Japón.

Los estudios de otro ingeniero vigués seleccionado, David Álvarez, ejemplifican el retorno para la economía gallega que persigue la Barrié. El investigador, de 35 años, desarrollará en Brasil una parte de sus investigaciones para obtener barnices sanitarios más seguros para las latas de conserva. Las ayudas llegan en un momento de gran dificultad para las jóvenes generaciones: "Hay que irse por ahí adelante para amasar currículo. Es muy triste que nos formen con dinero público y después muchos no puedan volver".