La defensa de Alexandru Marius Luca, un rumano de 19 años que está en prisión desde octubre por el crimen del farmacéutico Tomás Milia, apuntó ayer a una línea distinta en el caso, que el juez da por concluido tras atribuir al prostituto supuestos delitos de homicidio o asesinato, robo con violencia, incendio y atentado. Pero el letrado culpa al viudo, Guillermo J.Q.C. Eduardo Mazaira, abogado del presunto homicida, incidió en que la víctima fue solo una semana antes del crimen al despacho de su abogado para expresarle "temor" hacia su marido, un joven venezolano que no está imputado y ayer, de hecho, se personó como perjudicado. La defensa cree que hubo "irregularidades" y "flecos" en la investigación sobre el papel del marido.

El fallecido había comprobado, con seguimientos de detectives, las infidelidades del joven con dos chicas distintas y el matrimonio ya no convivía. "Dijo que estaba siendo amenazado por su marido y que quería iniciar el divorcio", sostiene el abogado del prostituto, que presuntamente asestó tres cuchilladas al farmacéutico jubilado tras discutir por el dinero de una relación sexual, según estima el juez en el auto de procesamiento.

Según la defensa, Tomás Milia Méndez, de 72 años, reaccionó modificando por última vez su testamento, solo unos días antes de que ocurrieran los hechos. Era el cuarto cambio, señaló el abogado, desde la boda celebrada en 2011. De acuerdo a su versión, habría dejado al esposo al margen de la herencia de un importante patrimonio (engrosado tras la venta de una farmacia en Maceda) que incluía, entre otros capitales, vehículos y viviendas en Ourense y París. Los únicos beneficiarios pasaron a ser los sobrinos.

El viudo se persona

Mazaira ha solicitado que el compañero que recibió a Milia en su despacho declare como testigo. Este abogado ya había puesto de manifiesto este episodio a la Policía. Adelantó, además, su intención de que el marido sea interrogado. "Hay contradicciones en sus declaraciones. Dijo que estaba jugando a los dardos y en el momento del fallecimiento de Tomás Milia, se encontraba a 100 metros del piso según el GPS de su teléfono móvil".

El viudo, Guillermo J.Q.C., se presentó ayer por la mañana en el Juzgado de Instrucción Número Uno, que lleva la investigación del crimen, para designar a un abogado y constituirse en el proceso como acusación particular. Reclamará la indemnización que pueda corresponderle en su calidad de perjudicado. Se prevé discusión entre las partes por el patrimonio del fallecido. En la causa también están personados el hermano del fallecido, el alcalde de Carballeda de Avia, Luis Milia, así como otra hermana que, solo ejerce acciones por la vía civil. En el auto de procesamiento, el juez impuso al imputado una fianza de 86.000 euros para garantizar una compensación a los perjudicados.

El viudo llegó a ser investigado después del crimen y prestó declaración en la Comisaría. En una de las primeras hipótesis, los investigadores no descartaban un posible móvil económico. Posteriormente cerraron la puerta. El marido ya no convivía con el farmacéutico jubilado "porque nuestras personalidades chocaban", según sus propias palabras a la salida del piso. "Me pasaba cada día a verlo y me preocupaba por él", explicó a los medios de comunicación apostados en el lugar de los hechos.

El instructor decretó en dos ocasiones el secreto de sumario en la investigación para averiguar, por ejemplo, la hipótesis del móvil económico. La última vez, porque el teléfono del fallecido dio señal semanas después del crimen. Lo había localizado una tercera persona sin relación con los hechos después de que el presunto autor del asesinato, presuntamente, se hubiera deshecho de él.

El único imputado está en prisión preventiva desde el 7 de octubre pasado. Cayó detenido por haber regresado al escenario del crimen para incendiar la céntrica vivienda de Tomás Milia con la supuesta intención de eliminar pruebas. Horas antes, y después de una discusión por dinero tras una relación sexual contratada, el prostituto le habría asestado tres cuchilladas. Se marchó por primera vez del domicilio y consiguió huir de agentes de Policía que lo vieron salir a primera hora de la madrugada y lo vieron sospechoso.

Regreso al lugar del crimen

Entonces, cuando ya había cometido el crimen pero aún se desconocía, los agentes le incautaron relojes de lujo de la víctima pero no pudieron evitar que huyera. Uno de los policías llegó a ser embestido por su coche. El magistrado reconstruyó "que entre las 21.30 horas del 4-10-13 y las 22.30 horas, cuando se encontraba en el domicilio de Tomás Milia Méndez, se produjo una discusión entre ambos en cuyo seno acabó con la vida de Tomás tras propinarle dos puñaladas en el cuello y otra en el vientre".

El presunto homicida volvió al escenario sobre las 5 de la madrugada. Tras introducir el cadáver en la bañera -allí fue encontrado por los Bomberos- y aplicarle lejía, fue interceptado a pocos metros con prendas ensangrentadas, un juego de cuchillos y las llaves del piso, que dejó cerrado. Arrojó a una papelera cercana el arma homicida. El magistrado lo acusa de que "plantó fuego a la vivienda, generando un grave riesgo para todas las personas que habitaban en el inmueble con la intención de borrar la huellas que pudiera haber dejado", según el auto de procesamiento del juez.

Marius Luca, que confesó el crimen a la Policía, comparece hoy por segunda vez ante al juez, en el último trámite antes de las acusaciones y el juicio. En la puesta a disposición, el prostituto se acogió a su derecho a no declarar. Jueces de la Audiencia Provincial y no un tribunal del jurado, resolverán el caso.