El informe del servicio de Tesorería Municipal sobre morosidad del primer trimestre de 2014, revela que el Concello de Ourense tenía facturas sin pagar por un importe cercano al millón de euros, en concreto de 983.345,22 euros. Los grupos de la oposición reprochan que guardar estas "facturas en el cajón" es una práctica "habitual por parte del gobierno socialista, que se ve así obligado a llevarlas a una modificación presupuestaria para poder satisfacer la deuda a través del remanente de tesorería (ahorro existente).

Así, a fecha 31 de marzo del presente año, las facturas o documentos justificativos con respecto a las cuales, al final del trimestre, hayan transcurrido más de tres meses de su anotación en el registro de facturas y no se tramitaron los correspondientes expedientes de reconocimiento de obligación, eran en total 155, algunas de las cuales acumulaban importantes demoras desde su entrada en el registro y el balance final del trimestre, llegando a superar los 500 días, como así se plasma en el informe que rubrica la tesorera municipal.

Lo que deja claro el informe de tesorería es que todas las facturas no se habían reconocido su pago, ni se había realizado la tramitación correspondientes, y son "facturas de cajón" al no constar en la contabilidad municipal, que es lo que reprocha la oposición, aunque por parte del grupo de gobierno se justifica en que la mayoría de ellas "llegaron tarde", de ahí que formen parte del informe de morosidad que elaboró la Tesorería.

Desde la emisión del informe de tesorería sobre morosidad hasta hoy algunas de las facturas ya fueron abonadas, aunque habrían llegado más, cuyo número y cuantía económica se conocerá a finales de junio. Por lo pronto, las obligaciones reconocidas pendientes de pago que llegarían "fuera de plazo" ascendían a 373.295,99. Se pagaron 73 facturas, mientras que 28 no se abonaron justificando la demora en la falta de datos bancarios del proveedor, en algunos de los casos un conocido supermercado y una entidad bancaria.

Intereses de demora

No menos relevante es el tema de los intereses de demora a los que debe hacer frente el Concello, aunque el alcalde, Agustín Fernández, le restó transcendencia recientemente al ser preguntado por esa cuestión, debido a que "casi nadie reclama", alegando que como las facturas se tardan en presentar, es considerada una cuestión menor.

Así, en el capítulo relativo a los intereses de demora pagados en el periodo de 2014, con fecha de referencia el 31 de marzo, ascendían a 16.120,31 euros, como así se plasma en el informe de morosidad de la Tesorería Municipal, todos los pagos derivados de gastos corrientes en bienes y servicios.

Lo que también concreta el informe es que el periodo medio pendientes de pago es de 74 días, mientras que el período medio de las pendientes de pago excedido es de 141 días, consecuencia de la acumulación de facturas que se producen, situación de la que por parte del gobierno municipal se responsabiliza directamente a los proveedores.

Una argumentación a la que restan toda credibilidad los grupos de la oposición, ya que lo que quieren "es cobrar, y más en estos tiempos de crisis", coincidieron en afirmar tanto el portavoz del grupo municipal popular, Rosendo Fernández, como el del BNG, Xosé Somoza, y el de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome.

De lo que no tienen duda es de que tanto las facturas que forman parte del informe de morosidad del primer trimestre, como las que vayan llegando, la mayoría formarán parte de un nuevo paquete de reconocimiento extrajudicial en la nueva modificación presupuestaria que presentará el gobierno socialista.

"No tenemos la menor duda", aseveró Rosendo Fernández, que, al igual que Pérez Jácome, destaca la "capacidad modificadora" que viene demostrando Agustín Fernández, tanto ahora como alcalde, como antes cuando era el responsable del área de Economía y Hacienda.