La Plaza Mayor no es inclinada, sino oblicua, con predominio del marrón en unos casos y en otros, poblada de flores. No tiene puertas pero si una vida intensa. Son visiones que los niños quieren o quisieran ver en este monumento ourensano, un símbolo del urbanismo local que ayer repintaron y recrearon con los lápices de su imaginación los chavales, dentro del Taller Arquipeques, una iniciativa promovida por el Colegio Oficial de Arquitectos de Ourense, que pretende vincular a todos los ciudadanos, y en este caso a los más pequeños, con el entorno en el que viven y animarlos a además a dar su visión critica e imaginativa, para mejorarlo, como ocurrió ayer con la Plaza Mayor.

Bajo la atenta mirada de varios profesionales de la arquitectura en la ciudad, entre ellos Alberto de Paula presidente de este órgano colegiado en Ourense, niños de 6 a 12 años recrearon su visión de la plaza dentro de este proyecto que pretende, según indicó De Paula "potenciar la relación del ciudadano con nuestra arquitectura, y con nuestro espacio más cercano y en este caso acercar a los más pequeños, los niños, desde la diversión y el juego".

La arquitectura no pueden ser entendida afirman como una unidad aislada sino se retroalimenta y alimenta a la sociedad en la que vive".

De ahí este programa en el que los niños y niñas cumplieron los objetivo vos d del ciclo "Ollada da rúa", en el que se implica, y aprendieron además conceptos como la escala, el patrimonio, los distintos materiales constructivos, la estructura, los conceptos de belleza imaginación o urbanismo", indicaron los arquitectos.