Más de 4.000 personas se apiñaron ayer en la calle principal de Ribadavia para contemplar las 85 carrilanas que participaron en distintas competiciones de velocidad o exhibición, procedentes de Valdoviño, Vigo, Bueu, Lugo, Monforte, León, norte de Portugal, de la comarca del Ribeiro y de otros puntos de la provincia de Ourense.

Participaron modelos sorprendentes, como un "ataúd de Ferrari" y un "féretro tripulado por la muerte", una niña de siete años tripulando una carrilana con forma de cuba de vino y se han podido ver compitiendo la reproducción de un Audi de los años cuarenta, la réplica de otro Ferrari y de un Ford de madera.

A las cinco y media de la tarde hubo la exhibición infantil, con la concurrencia de diez niños con sus carrilanas. Unos minutos más tarde iniciaron la bajada de la calle las carrilanas de exhibición, entre las que se encontraban los ataúdes. Resultó muy vistosa la exhibición de trikes: carrilanas de ruedas anchas que captaron la atención del público con sus derrapajes. Y por último se hizo la carrera de competición, con cierta demora en el horario, debido a que el desvanecimiento de una señora y el coche de una participante que circulaba en bicicleta contra la pared de una casa requirieron la atención de las dos ambulancias disponibles y tuvieron que esperar a que llegara la tercera, en previsión de que pudiera ocurrir otro percance.

Los ganadores recibieron botellas Magnum de Ribeiro, estancias en casas rurales, balnearios y termas de la comarca, que conforman las "principales potencialidades" de la comarca.

La competición empezó con 21 carrilanas hace nueve años y tuvo un incremento progresivo hasta la pasada edición, en la que compitieron 57. Pero este año se rompieron los mejores pronósticos con 85.