Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (Imelga) tienen sobre la mesa el encargo de informar sobre el estado de salud del bebé de 11 meses que, a finales de marzo, ingresó en estado muy grave en el CHUO como posible víctima de varios episodios de malos tratos.

Los especialistas determinarán la gravedad de las lesiones detectadas al pequeño en todo el cuerpo, en función de unas escalas legales que sirven para clasificar la magnitud del delito. Las diligencias penales abiertas en el juzgado de Instrucción Número Uno de Ourense, titularidad de Leonardo Álvarez, se siguen por un posible delito de intento de homicidio o lesiones graves con carácter continuado, por el que continúan imputados 8 miembros de una misma familia, incluidos la madre y el que era su novio entonces y el día del ingreso debía vigilar al menor.

El informe de los forenses, que ya hicieron una primera exploración al bebé tras su ingreso y también comprobarán si tiene patologías, será uno de los últimos flecos de la investigación, junto a la citación propuesta por la Fiscalía del pediatra del centro de salud de A Cuña que vio al niño solo 3 días antes de su hospitalización con un cuadro de fiebre y vómitos. Las pruebas radiológicas en la UCI detectaron hemorragias y múltiples fracturas por todo el cuerpo.

Según la pediatra que le hacía seguimiento desde octubre de 2013, cuyo informe será asumido por los forenses, el menor recibió fuertes golpes en distintos momentos mediante arrastres, torsiones o zarandeos. Presentaba el "síndrome del niño apaleado" y su vida corrió peligro, testificó. Las defensas de la madre y el exnovio quieren que se compruebe si podría sufrir alguna patología o fragilidad, o una dolencia rara como los "huesos de cristal".