La investigación del caso del bebé que en marzo, con 10 meses ingresó muy grave como presunta víctima de malos tratos, pasará a fase de juicio en pocas semanas. La instrucción avanza por la vía rápida desde que el juzgado de Instrucción Uno se hizo cargo en turno de guardia hace un mes. Tras la citación como imputados de los 8 miembros de una misma familia que pudieron tener contacto con el menor y la declaración testifical de la pediatra que le hacía un seguimiento y lo atendió en la UCI, la fase de comparecencias podría terminar con la citación del médico del centro de salud que, solo tres días antes del ingreso del varón, lo atendió en consulta por vómitos y fiebre y un hematoma en la nariz que no atribuyó a violencia física.

La Fiscalía pedirá la declaración del especialista. El protocolo de posibles malos tratos no se activó hasta que el niño fue trasladado por su madre y su excompañero sentimental al hospital, en estado grave, con hemorragia en un ojo, hematomas en el tórax y heridas en la cabeza y la cara. El exnovio, el encargado de vigilar al pequeño aquel día, acudió primero a buscar a la progenitora; después llevaron al crío al CHUO. Fue el único detenido y alegó que los moratones se debieron a un intento por reanimarlo de un supuesto episodio de muerte súbita.

Las defensas no quieren que la investigación termine sin clarificar la posible existencia de una enfermedad rara o cualquier condicionante en la salud del niño, que nació prematuro, que pudiera ser compatible con ese número de lesiones sin necesidad de agresión.

La pediatra que mensualmente lo examinaba y que lo atendió en la UCI declaró el lunes que las múltiples fracturas que presentaba en vértebras, costillas y miembros, además de una hemorragia subdural, eran signos de aparentes malos tratos y descartó una enfermedad rara como los "huesos de cristal". En su opinión, el bebé habría sufrido violencia mediante zarandeos fuertes, arrastres y torsiones en diferentes momentos en los días anteriores a su ingreso. Si bien reconoció que las fracturas en los niños de esa edad se consolidan en días y no descartaba que alguna pudiera haber formado callo entre una y otra revisión.

La determinación del tiempo del posible maltrato continuado y el alcance de las posibles secuelas serán otros elementos clave antes de que el caso llegue a juicio por presunto intento de homicidio, pues la especialista apuntó a que la vida del niño corría peligro. En marzo, cuando se produjo el ingreso, la madre y el exnovio convivían con el menor y una hija de 4 años del hombre . Habían cambiado de domicilio a finales de enero, tras denunciar la niña los supuestos tocamientos y abusos de un pariente -su bisabuelo político- que no está entre los ocho imputados.