Cientos de vigueses se echaron ayer a la calle a golpe de pedal en una de las marchas urbanas en bicicleta más concurridas de las que se organizan en la ciudad. Pese a la amenaza de lluvia, en torno a 1.200 personas de todas las edades no vacilaron en acudir a la 7ª edición de "A Pedaliña; vive Vigo en bici". Los ciclistas partieron pasadas las once de la mañana de Porta do Sol, punto al que regresaron dos horas después tras "allanar" 18 kilómetros . "Estamos muy contentos con la acogida y convencidos de que potenciar el uso de la bicicleta es una buena forma de hacer una ciudad más humana", proclamó José Manuel Álvarez, portavoz de la asociación "A Golpe de Pedal", la organizadora, junto al Concello.

Los más de mil ciclistas arrancaron con el ritmo de la popular sintonía de la serie "Verano azul". El alcalde, Abel Caballero, fue el encargado de dar la salida. "Es un éxito espectacular y trataremos de buscar rutas para que la bicicleta sea cada vez un medio de transporte más habitual", se comprometió. "Vigo, como principal ciudad de Galicia, tiene que dar ejemplo", enfatizó el concejal de Transportes, David Regades, que dio ejemplo realizando también la marcha.

Entre los participantes había ciclistas de todas la edades. Desde atrevidos infantes de apenas cinco años de edad y con bicicletas de piñón fijo hasta jubilados que demostraron estar en mejor forma que muchos jóvenes. Todos sin excepción coincidían. "Se demuestra que la bicicleta es un medio de transporte a potenciar y que hay que tomar medidas en las ciudades lo faciliten y den seguridad al ciclista".

Esta marcha está adaptada para todos los públicos y aunque Vigo es famosa por sus cuestas, en sus casi 20 kilómetros se recorre una parte muy importante de la urbe sin apenas inclinaciones y sin necesidad de tocar mucho el cambio.

Pero en el pelotón no solo destacó la variedad de perfiles, sino también de modelos de bicicleta. Las de montaña fueron mayoría. Las eléctricas se hicieron también un hueco y pese a ser un recorrido liviano, más de uno activó el motor en los pequeños repechos. "¡Así también subo yo!", les reprochaban de broma sus compañeros de pedales.

El ritmo fue lento (la velocidad media fue de unos 10 km/h) y eso ayudó a que fuera llevadera, pero también provocó alguna que otra caída entre frenada y frenada. "Nada grave", aseguró la organización.

Al final, en Porta do Sol, se sortearon tres camisetas del Real Club Celta y se entregó el premio a los diseñadores del cartel de "A Pedaliña" (alumnos de la Escuela Municipal de Artes y Oficios). También se concedió un galardón a Anca por "potenciar el uso de la bicicleta".