La memoria frágil de Esperanza, la vecina de Cualedro que fue localizada el viernes con vida tras tres días y tres noches vagando sola, estaba lúcida cuando un agente de la Guardia Civil del servicio de montaña la encontró en un zarzal a más de 10 kilómetros de casa. Su bolso en las proximidades hizo de baliza. El pariente del propietario de una granja cercana informó poco antes de que una señora mayor recogía ramas y palos y los apilaba bajo el brazo. La descripción fue una señal inequívoca para la familia. Esa era la costumbre de la señora, aquejada de alzhéimer, cuando transitaba por su pueblo de Rebordondo.

A varias aldeas de distancia, sin agua ni la medicación diaria que tiene pautada, la mujer reprodujo su hábito. Caminando por un paraje de O Castelo (Trasmiras), se adentró en la vegetación en una zona de difícil acceso. Fue incapaz de salir. Un amplio operativo de profesionales, voluntarios y vecinos -Guardia Civil, Protección Civil, unidades caninas, deportistas aficionados y el helicóptero del instituto armado- que mantuvieron en alerta a toda la comarca de A Limia durante 72 horas se cerró con final feliz.

"¿Esperanza?", dijo el guardia civil. La desaparecida atendió de inmediato. "Solo quiero irme a casa", imploró desorientada. En buen estado pese a las magulladuras y síntomas de deshidratación, la anciana está bajo control médico el hospital de Verín. Allí permanecerá "durante 2 o 3 días", según Rivero. Una trabajadora social la visitará el lunes. El concello de Cualedro propondrá su ingreso en una residencia de mayores para que esté atendida y siga la pauta de la medicación. Su único hijo, vecino de Rairiz, ha aprobado la solución, según explicaba ayer el alcalde, Luciano Rivero (PP). "Hay que tomar las medidas para que esto no vuelva a suceder", ilustró.

Esperanza salió de su casa a las 7 de la mañana del martes porque tenía cita con el médico. Tenía que coger el autobús pero no lo hizo. Ninguno de los dos chóferes que cubran la ruta ni tampoco los taxistas de los alrededores la vieron subir. Esperanza recorrió por la senda de la N-525 unos diez kilómetros hasta que el último testigo la situó en Abavides (Trasmiras). El regidor fue la segunda persona que se adentró en el zarzal del que fue rescatada tras tragos cortos de agua. "¿De dónde eres, Esperanza?", preguntó el munícipe. "Soy de Rebordondo y solo quiero irme a casa", acertó a decir.