Siete años después de que el gobierno bipartito en la Xunta decidiera declarar Bien de Interés Cultural el entorno de As Burgas para preservar este histórico manantial termal cuyo caudal se había visto seriamente mermado por las obras de construcción de un hotel balneario en la zona, este amplio ámbito urbano protegido por el distintivo BIC, es un escenario de maleza, suciedad y ciudad con aspecto de derribo.

La antigua cárcel de Progreso, prevista por el Concello como piedra angular de un conjunto llamado a ser establecimiento hotelero del Ourense termal, empieza a mostrar graves problemas de humedad en su estructura exterior y zonas afectadas por el mal de la piedra.

Las riberas del Barbaña, incluidas también en ese plan especial del Sitio Histórico, acumulan suciedad y maleza y son una postal de degradación desde cualquiera de las dos orillas fluviales que se miren.

El entorno va degenerando en tanto uno se acerca al epicentro del proyecto termal, el solar previsto por Xardín das Burgas para construir su fallido balneario, que es un vertedero de piedras y desechos de obras congelado como si se hubiera parado el mundo, y en el que resiste, ridículo cartel que anuncia la obra de aquel gran hotel que se quedó en el camino, por su desmedida ambición por hacerse con el agua de Auria.

Las zancadillas, que en fútbol fastidian rótulas, en política retrasan proyectos, acentúan el deterioro urbano o le causan daños en ocasiones irreparables y crionizan la economía. Como ocurre con la plaza de a bastos de As Burgas, otrapieza clave del Ourense BIC, cuya zona de rianxo se ha convertido en una postal propia del peor favelismo.

"Nos costó tres años conseguir una recalificación para As Burgas, mientras que el anterior gobierno municipal consiguió en tres meses dar 9 alturas a un hotel en un sitio histórico" alega Áurea Soto. Ahora el muerto es cosas de todos. Mientras, la juventud emigra.