Queila Bouza, Miguel Gómez y Jorge Cordero, alumnos de último curso de Bachillerato en Ourense, se alzaron este fin de semana en Barcelona con el premio Intel del jurado de Exporecerca, el certamen de proyectos científicos escolares más prestigioso de España.

Su trabajo, un complejo estudio sobre los efectos de la lluvia ácida en las plantas y cultivos, uno de los grandes problemas causados por la contaminación procedente de grandes áreas industriales, que incorpora un descubrimiento pionero: las propiedades del magnesio para contrarrestar y prevenir los efectos devastadores de esa lluvia ácida, consiguió la máxima puntuación de los diez expertos de Exporecerca, al que concurrían 250 jóvenes de nueve países. Este premio llevará a los tres alumnos ourensanos en mayo a la feria Intel de Los Ángeles para participar en una de las más prestigiosos citas científicas mundiales para jóvenes talentos.

"Cuando dijeron nuestros nombres quedamos en shock", reconoce Queila, de 17 años y estudiante de segundo de Bachillerato en el Instituto de O Couto, en Ourense. Su camino, el de Miguel y el Jorge, de 17 y 18 años, respectivamente y alumnos del colegio Franciscanas, se unió "en una amistad para toda la vida", afirman, en las Aulas Tecnópole del Parque Tecnológico de Ourense, un programa de la Consellería de Economía e Industria que anima a los escolares a participar en talleres para desarrollar sus capacidades científicas e investigadoras. El resultado del desbordante caudal científico de los alumnos gallegos se expone cada año en Galiciencia.

"Yo había presentado ya otros proyectos a anteriores ediciones de Galiciencia, como el del año pasado, con Miguel, que también tuvo premio y era sobre la recuperación de suelos quemados por incendios utilizando pasta de papel".

Durante el verano, y tutelados por uno de los profesores de las Aulas Tecnópole, Carlos Pérez, cada uno de los tres alumnos inició una línea de trabajo en la que se fijaron como objetivos comprobar los efectos de la lluvia ácida en cultivos y plantas y buscar algún sistema para detectarlos y neutralizarlos.

"Comenzamos el pasado verano. Cada uno de los tres adquirió seis plantas y las rociábamos en casa cada tres días con una solución de ácido nítrico, en proporciones similares al de la lluvia ácida", explica. Solo una de las seis plantas era protegida previamente con una pulverización de magnesio. "Un mes después, comprobamos que la planta protegida con magnesio seguía adelante y las otras estaban podridas", explican.

El trabajo, de aplicaciones muy prometedoras en la práctica, no remató ahí. Tras el estudio de campo, los tres cerebrines ourensanos, desarrollaron luego sobre el papel el proceso científico seguido, e incorporaron incluso estudios económicos anexos del coste de puesta en práctica de este sistema en cultivos y de cómo el magnesio mejoraba la fertilidad del suelo.

Si este método de protección con magnesio se lleva a la práctica el coste sería de unos 50 euros para detectar la presencia de lluvia ácida en los cultivos. La posterior aplicación del metal protector supondrá unos 70 euros por hectárea de tierra cultivada.

"Como detectamos que en alguna planta de hoja pequeña el magnesio no se fijaba con igual facilidad, pensamos también en desarrollar una especie de pegamento natural que evite que, en determinadas condiciones, el viento o el agua de la lluvia no se lleven la protección de magnesio", indica Queila. Este sería una nueva vía de ampliación de la investigación realizada.

La mochila antirrobo

Los jóvenes ourensanos compitieron en Barcelona con trabajos de estudiantes procedentes de Abu Dhabi, Azerbaiyán, Bélgica, Brasil, Eslovaquia, Italia, Perú Turquía y España.

Además de este premio especial otro proyecto de las Aulas Tecnópole tuvo premio en Barcelona. Se trata de un sistema antirrobo para mochilas, mediante tecnología de radiofrecuencia, de Alejandro González, Manuel González y Pablo Fortes, de tercero de la ESO, que fue el proyecto más votado por los otros expositores que participaron en la feria Exporecerca.