El secretario de la Diputación de Ourense, Francisco Cacharro Gosende, acaba de encargar una tasación técnica actualizada sobre el precio de las cuatro parcelas que tenía Urbaourense en la finca Santamariña, con la finalidad enajenarlas mediante subasta pública. Cacharro Gosende advierte de que la institución provincial "no va a tirar precios", debido a que no tiene la necesidad imperiosa de captar fondos, por lo que es consciente de que la subasta "puede quedar desierta", como ha ocurrido en la primera que hizo, hace unos 16 meses.

"La Diputación no necesita ese dinero ahora mismo", recalca Cacharro Gosende, teniendo en cuenta que empezó el año con un índice de endeudamiento del 69% y "terminará 2014 con el 54%". Pero además, aclara que no podría utilizar esos fondos para hacer frente a la posible devolución de 10,1 millones de euros al Ministerio de Hacienda por supuestas irregularidades en varios proyectos de inversión, en el caso de que tenga una resolución adversa -la institución ya ha solicitado que no se ejecute el cobro hasta que se produzca una sentencia definitiva-, porque "tienen que dedicarse a una inversión por ley, al ser una un ingreso de derechos privados".

La cantidad que perciba la Diputación por la venta de parcelas tiene que destinarla a "una inversión financieramente sostenible", tal como establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria, reitera Chacharro.

Por lo tanto queda claro que el dinero que cobre la Diputación por la venta de las parcelas no podría destinarse a la devolución de los 10,1 millones de euros que reclama la Oficina de Lucha Antifraude (OLAF) de la Unión Europea, pero cabe la argucia de que se dediquen a inversiones y se desplacen los fondos que habitualmente se dedicaban a esos apartados a afrontar el pago.

El secretario de la institución confirma que la Diputación "va a recurrir hasta la última instancia", para evitar la devolución de fondos al Ministerio de Hacienda, que reclama la OLAF. "Recurriremos hasta el final, primero por la importancia del asunto, y segundo porque creemos que la OLAF no tiene razón".

Cacharro Gosende admite que "es un expediente muy serio, de más de diez millones de euros, por lo que formulamos alegaciones que suman casi ochenta folios, razonadas, argumentadas. Es un tema denso. Supongo que el Ministerio de Hacienda las estudiará con rigor". Y apostilla que las depuradoras "están instaladas y funcionando", aunque la OLAF ponga reparos al proceso de adjudicación.

Tras la disolución de Urbaourense, la Diputación abandona el proyecto empresarial inmobiliario, por lo que en fechas próximas se reunirá la comisión liquidadora, "lo que ha quedado del antiguo consejo de administración", para sacar adelante la venta de las parcelas mediante subasta. En principio sacará a subasta las cuatro parcelas que pertenecían a ese organismo. Pero es posible que se metan en el mismo paquete las dos que pertenecen a la Diputación. "Estamos estudiando la posibilidad de meterlas todas juntas", revela.

La Diputación solo transfirió a Urbaourense cuatro parcelas, dejando al margen las dos afectadas por un litigio con Flager. Como el litigio ha finalizado, con resultado favorable a la Diputación, la institución provincial cuenta con seis parcelas.

La falta de ofertas no hará variar la postura que mantiene la Diputación sobre la finca Santamariña. En el caso de que no prospere la subasta, habría que esperar otra temporada, hasta que repunte la economía y mejore la demanda. "No va a malvender las parcelas, en ningún caso", reitera. "Salvo nueva orden, está previsto que se subasten periódicamente los solares hasta que encontremos un comprador", concluye Cacharro.

La Diputación permanece a la espera de la resolución de las alegaciones que presentó al Plan Xeral de Ordenación Municipal con respecto al solar que tenía Urbaourense en O Couto, valorado en su momento en unos 800.000 euros. La razón es que figuraba en el anterior plan con un desarrollo en manzana cerrada y en el nuevo PXOM aparece como manzana abierta. Cacharro Gosende aclara que "esa parcela no se enajenará hasta que tengamos respuesta a las alegaciones que hemos presentado", porque la edificabilidad y el precio va a cambiar, en función de que se estime como manzana cerrada o abierta. La manzana cerrada permite mayor aprovechamiento de la edificabilidad del solar, por la posibilidad de construir edificios adosados con los de la parcela colindante.