La decisión del alcalde, Agustín Fernández, que firmó ayer el decreto, por el que delega las competencias del área de Limpieza viaria del Concello de Ourense en el concejal de Hacienda y portavoz del grupo de gobierno, José Ángel Vázquez Barquero, asesta un nuevo golpe a los ediles socialistas críticos -cinco de los once con que cuenta el grupo-, y cierra la posibilidad de que Antonio Rodríguez Penín, al que en su momento retiró todas las competencias que tenía, así como la dedicación exclusiva, o Susana Bayo -responsable de Medio Ambiente y que tenía asignada esa parcela municipal antes de su baja por maternidad-, las recuperasen, con lo que la crisis, lejos de atisbar una solución se enquista.

Con el nuevo nombramiento, Vázquez Barquero, que también es responsable de las áreas de Hacienda (que incluye fiscalización, recaudación, gestión presupuestaria, contabilidad, inspección de rentas, promoción económica y empleo), la de Gestión de Fondos comunitarios, Compras y suministros, Formación ocupacional, Industria, Termalismo, es junto a la concejala de Urbanismo, Áurea Soto, que asumió las otras delegaciones que tenía Rodríguez Penín, como Infraestructuras, son los que acaparan las responsabilidades de la mayoría de los departamentos del Concello y los más importantes, manteniendo de esa forma el alcalde el "núcleo duro" diseñado por su antecesor, Francisco Rodríguez, que abandonó el cargo después de su detención e imputación en la operación Pokemon.

Si en un principio Agustín Fernández, cuando habló de "tender la mano", en un intento de resolver la división que existe dentro del grupo socialista que afecta directamente a la gobernabilidad del Concello, y que se convirtió en uno de los ejes de las críticas de los grupos de la oposición, abría la puerta a un posible entendimiento y de reconducir así la crisis, como se había planteado desde diferentes órganos del Partido Socialista, con la decisión de ayer la tensión entre los dos sectores del gobierno no hace más que tensarse.

Esa es la apreciación que tienen los ediles críticos, aunque no así el portavoz del grupo socialistas y del gobierno y, desde ayer, nuevo responsable de Limpieza viaria, Vázquez Barquero, que en todo momento evitó entrar en ese tema. Y así, en una entrevista en Onda Cero se limitó a señalar que aunque son muchas las competencias que tiene, a la que se le sumó una nueva, "lo intentaré llevar bien".

En el caso de la nueva área asignada, advierte de que el servicio municipal de Limpieza cuenta con una adjudicataria, por lo que entiende que no tendrá la misma complejidad que otras de la que también es responsable.

Además de considerar "normal" que el alcalde, que asumía esa competencia, al igual que la de Seguridad y Policía Local, que sigue sin tener un edil responsable, desde el cese de Rodríguez Penín, la delegase, y es a quien corresponde elegir al concejal.

Mantener el pulso

Los cambios que se han producido en el gobierno municipal, como consecuencia de la división que existe, y que llevaron al alcalde a tomar la decisión de asignar más competencias a unos concejales -los que están en su grupo de afines- y manteniendo los críticos con las responsabilidades que tenían, excepto a Rodríguez Penín,se convierten en un punto de inflexión en ese pulso que mantienen.

Una situación a la que resta relevancia Agustín Fernández, pero no así el grupo de ediles críticos y de la oposición, ya que se convierten en un elemento más dentro de los que entienden como un "desgobierno" en el que se encuentra instalado el Concello, con lo que eso supone para la ciudad y el nivel de "parálisis" al gobernar en minoría y con el grupo "totalmente dividido y con amenaza de ruptura", como advertía ayer el portavoz popular, Rosendo Fernández, nada más tener conocimiento de la decisión del alcalde.

Y aunque en un principio se había planteado la posibilidad de una remodelación del gobierno, al final Agustín Fernández optó por repartir la competencias que tenía asignadas al edil crítico Rodríguez Penín entre sus ediles de confianza. Un planteamiento que para los grupos de la oposición tiene como objetivo mantenerse en el poder, en lo que consideran la defensa de "sus interese personales y no los colectivos de los ciudadanos".