El Concello de Boborás ha pedido al vecino de Morouzón, en la parroquia de Cameixa, que aplace su intención de iniciar el día 22 una huelga de hambre en protesta por el ruido que causa el reloj de la iglesia cuyas horas y medias horas se emiten por altavoz día y noche. La intención del ente municipal es hablar con el Obispado para buscar una solución a este problema.

Este martes Juan Ruiz presentó un escrito ante el ayuntamiento pidiendo que se cumpla la normativa de protección de ruidos, y precisamente ayer recibió una llamada desde las dependencias municipales en la que se le propuso aplazar su huelga de hambre para negociar con el Obispado, y evitar así la tramitación de su petición aludiendo a que trata de un trámite lento. Una propuesta que Ruiz aceptó con la esperanza de que la negociación con el Obispado sea fructífera.

Mientras tanto, desde que su queja salió en diversos medios de comunicación dice este afectado que ningún convecino suyo le ha dicho nada, pero los de la parte baja del pueblo "algunos dicen que nos apoyan porque les molesta el ruido del reloj de la iglesia", que suena cada media hora a través del altavoz las 24 horas del día.

Asimismo, ANOVA O Carballiño también se dirigió ayer al alcalde de Boborás mediante un escrito solicitando que aplique la normativa que el reglamento de contaminación acústica prevé para casos como el de este vecino de Cameixa que no puede descansar debido al altavoz del campanario de la iglesia.

Y en vista de que la petición verbal al responsable de la megafonía "no tuvo el resultado que sería razonable, ANOVA apoyará activamente a la familia perjudicada en toda protesta pública que realice".