El Macizo Central, alta montaña en una de las zonas menos pobladas de Galicia donde predominan los pastos y el monte bajo, sufre una sangría permanente de fuegos que se remonta más allá del tiempo. Las llamas, señalan fuentes de la extinción, siguen siendo en más de una ocasión la inveterada herramienta para ampliar zonas de pasto y marcar dominios de caza. "O hay educación y sensibilización ofreciendo por ejemplo los desbroces selectivos como alternativa, o será muy difícil" apunta Xosé Santos, agente forestal de la Xunta y ambientalista de Amigos da Terra.

El pasado fin de semana se quemaron 30 hectáreas en Viana do Bolo, en el entorno de Pena Trevinca. Durante las últimas semanas fuegos fronterizos avanzan en territorio portugués, cerca de los municipios arraianos del sur de Ourense. La madrugada del domingo al lunes, mientras el termómetro caía por debajo de los 2 grados bajo cero según los registros de la estación de Meteogalicia más próxima, un incendio devastó superficie forestal entre las localidades de Edrada y Entrecinsa, en el municipio de Vilariño de Conso. El foco de origen comenzó coincidiendo con el anochecer, poco después de las seis de la tarde, y se situó al pie de una pista, según el alcalde, Ventura Sierra (PP), acostumbrado a tierra quemada. "Los jueves, que es día de caza, siempre hay un foco por ahí", reconoce. El fuego se extendió como una cordillera y estuvo activo hasta las 2 de la madrugada.

Una zona de Red Natura

En una oleada salvaje de octubre de 2011, con la provincia ardiendo por los cuatro costados, en el Macizo Central varios frentes kilométricos devastaron miles de hectáreas. Cuando arde se malogran espacios protegidos de Red Natura, como el que se vio afectado la pasada noche en la parroquia de Sabuguido, en la cabeza del embalse das Portas, a no demasiada distancia del Parque Natural de O Invernadeiro. Las llamas merman la biodiversidad de la zona y favorecen la erosión del suelo y la contaminación de los ríos con cenizas.

La consellería de Medio Rural sitúa la superficie provisional malograda en 20 hectáreas de monte raso. Participaron 3 agentes forestales, 4 brigadas y 1 motobomba, según la Xunta. Diciembre, salvo que "las circunstancias lo requieran", según el plan de lucha contra incendios de 2013, pertenece a la época de "peligro bajo". Hay 565 efectivos y 22 medios frente a los 1.610 profesionales y 42 dotaciones del verano. Aunque no sea agosto, en este otoño tardío La falta de lluvias abona el terreno. El frío y la helada, completan los expertos, también ayuda a que la vegetación esté seca.