El arqueólogo Jorge Lamas Bértolo y el historiador Juanjo Álvarez -miembros del grupo ecologista Outeiro y del Centro de Estudios Chamoso Lamas- descubren en Cea uno de los mayores túmulos de la comarca de O Carballiño-Ribeiro. Tiene más de 35 metros de diámetro y 3 de altura. Cuenta con una masa de tierra de 1.000 metros cúbicos.

La mámoa -monumento funerario del neolítico- de 6.000 años de antigüedad, ha sido descubierta en las proximidades del Camino Real que comunica Cea con el monasterio de Oseira. Constituye una variante del camino de Santiago. Este hallazgo arqueológico forma parte de una pequeña necrópolis de cinco túmulos localizada en un paraje conocido como Aguaceiros, una zona llana, divisoria de aguas que separa los regatos que vierten aguas al Arenteiro y al Barbantiño. Rodeada de árboles caducifolios, como el roble y el abedul, que formaban los mismos bosques que en la época prehistórica.

El túmulo descubierto por Lamas Bértolo y Juanjo Álvarez conserva las losas de granito que forman la cámara del sepulcro, de forma excepcional, dado que la población residente en el rural ourensano utilizaba este tipo de piedras para construir muros.

"Estamos ante la primera arquitectura monumental de carácter funerario, con la que nuestros antepasados enterraban y rendían culto a sus muertos. La construcción de un túmulo suponía un extraordinario esfuerzo. Son obra de nuestros primeros labradores y ganaderos, de los primeros vecinos de Cea y comarca", destacan Lamas Bértolo y Juanjo Álvarez.

Los hombres y las mujeres que poblaban la comarca hace 6.000 años aún no conocían los metales. Sus instrumentos estaban confeccionados con piedra, huesos de animales y madera. Basaban su alimentación en los cultivos que realizaban, el ganado, la caza, la pesca y la recolección.

Juanjo Álvarez considera que lo más sorprendente del hallazgo es que este extraordinario túmulo "aparece en las proximidades de otros ya catalogados" por la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta, lo cual "nos lleva a pensar, de forma inevitable, en el abandono que sufre nuestro patrimonio, por escasas prospecciones y trabajos de catalogación deficientes".

Por su parte, el arqueólogo Jorge Lamas Bértolo reclama la catalogación de los 215 túmulos que hay en la comarca, datos que "deben conocer" los propietarios de las fincas y montes en los que se encuentran, con el fin de evitar su destrucción, además de solicitar que se integren en rutas culturales para proceder a su divulgación. Y, por último, advierte: "Aunque la ley los protege, sin conocimiento no se alcanza una protección real".