En época de recortes económicos y descenso de presupuestos -tiene que conformarse con 40 millones de euros, frente a los 80 que tenía hace cuatro años-, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil se marca como principal objetivo proceder a la limpieza de los cauces fluviales, con una partida de 600.000 euros que renovará en 2014.

-¿Cómo va el capítulo de sanciones?

-Hay que diferenciar entre los expedientes que se han incoado y los que están resueltos, puesto que tardan varios meses en completarse. No coincide el año físico en el que se inician con el que se resuelven. En el año 2012 hemos resuelto 165 expedientes sancionadores y hasta finales de agosto de este año ya habíamos resuelto 168. Por lo tanto, estamos rebajando el atasco e intentando resolverlos en un menor período de tiempo. Llevamos cuatro meses de adelanto en la resolución de sanciones, por lo que podremos resolver un 33% más de expedientes sancionadores. Esperamos cerrar el año con más de 220 sanciones.

-¿La tendencia se mantiene?

-No, este año se ha producido una menor cantidad de expedientes sancionadores que en 2012, ya sea porque se ha reducido la actividad económica, por una mayor concienciación ambiental o por una combinación de ambas. En total, a fecha del 30 de agosto, llevábamos incoados 62 expedientes, frente a los 216 correspondientes al mismo período del año pasado. Solo en vertidos, el año pasado se incoaron 76 expedientes sancionadores y este año, en los primeros ocho meses del año, solo se iniciaron 27. A esto contribuye mucho que en la actualidad todos pensamos que el que hace un vertido ilegal es un delincuente.

-¿A cuánto puede ascender el ingreso neto de la CHMS por sanciones?

-Es muy bajo. Cuando se produce un vertido o se realiza una obra irregular, por una parte está la valoración del daño que se produce en el dominio público hidráulico, atendiendo al reglamento que fue modificado recientemente en un consejo de ministros, y luego está la multa, en función de la valoración de esos daños. Las multas por faltas graves van al Consejo de Ministros. Los ingresos no son importantes, porque nos estamos situando en la escala más baja que nos permite la norma. El objetivo de la CHMS no es recaudar mucho por sanciones, sino evitar que se produzcan ese tipo de situaciones. La razón es que la tramitación del expediente es larga, y requiere la movilización de personal que genera gastos, por lo que suele cubrir costes. No significa un ingreso adicional. Un expediente sancionador puede ascender a 500 o 600 euros -correspondientes al importe medio que tienen que abonar los infractores-, y requiere labores de vigilancia y la realización de pruebas en el laboratorio. Sancionar no es un negocio, lo que se pretende es disuadir.

-¿Cuál es la sanción más grave que han tramitado desde que usted se hizo cargo de la CHMS?, el 1 de marzo de 2012?

-Las más graves pueden llegar a 20.000 euros, por vertidos muy importantes de la industria, por contaminación de industrias ganaderas, por ejecución de obras ilegales o invasión del dominio público hidráulico, como ha sido el caso de alguna pizarrera. No podemos ofrecer datos sobre las empresas infractoras. Las infracciones graves, castigadas con multas que oscilan entre los 18.000 y los 20.000 euros, no han llegado a diez. El proceso para la tramitación de estas sanciones es muy lago y complejo, porque terminan todas en el juzgado, debido a que las grandes empresas tienen sus departamentos jurídicos. No se hacen efectivas hasta que resuelve el Tribunal Superior de Justicia, tras numerosos recursos. Hemos cobrado algunas, pero muy pocas. De todas formas, se puede indicar que la CHMS ha tramitado el cobro de 900.000 euros por recargos y multas en el año 2011.

-¿Cuál es el perfil del infractor?

-El infractor medio es muy variopinto. Se realizan vertidos por el mal funcionamiento de una estación depuradora de aguas residuales, tanto municipales como de las industrias.

-¿Cuáles son los ríos y masas de agua que presentan mayores problemas de contaminación en la provincia de Ourense?

-El 70% de los ríos, de las masas de agua y de las aguas subterráneas se encuentran en buen estado. Pero como son más noticia las que presentan deficiencias, hay que hablar de tres zonas. La cabecera del Sil, en Valdeorras, como consecuencia de la actividad minera, de esta comarca ourensana y del Alto Sil, con las minas de carbón. El abandono de las minas también genera contaminación. Ahí tenemos algunos ríos y masas de agua en mal estado, dentro de la demarcación, que afectan a esta provincia, aunque parte de ellos se encuentren fuera. La cuenca del Limia no está en buen estado, por la presión agroganadera, y el problema aflora en el embalse de As Conchas, que es la primera barrera artificial que encuentra. Sufre explosiones de cianobacterias casi todos los veranos, debido a la presencia de calor, descenso del caudal y nutrientes, fósforo y nitrógeno, fundamentalmente, procedentes de la contaminación difusa de la actividad agroganadera de A Limia.

-Acaban de someter a información pública un proyecto de mejora.

-Se procederá a la colocación de islas flotantes vegetales, a base de una estructura alveolar de polietileno reciclado con sistema de flotación integrado, y de estructuras de herbazal de fibra de coco y plantaciones vegetales. Y como complemento a estas técnicas se realizara la instalación de sistemas de ultrasonidos para la inhibición del crecimiento de algas.